El Gobierno nacional busca llegar a las fiestas navideñas con un listado de cinco cortes a valores económicos. Luego de la flexibilización de las exportaciones, anunciada por el Ministerio de Agricultura, la Secretaria de Comercio Interior busca cerrar con la industria frigorífica una ampliación del plan de Precios Populares, que en la actualidad contempla un volumen de 6.000 toneladas mensuales, que se distribuyen a través de supermercados. Con esta medida, la Casa Rosada busca frenar el aumento en este alimento sensible de la canasta familiar. En este contexto, el asado se venderá en los supermercados a $549 el kilo hasta fin de año.

El titular de Comercio Interior, Roberto Feletti, recibió en horas de la tarde a directivos de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) y la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica). En estas negociaciones, además de la participación del Consorcio Exportador ABC el oficialismo busca abrir el juego con las cámaras que representan al consumo interno, para buscar una mayor llegada de esta oferta. La entidad representa el 30% de la faena y el 80% de las exportaciones de carne a nivel nacional.

Si bien no hubo definiciones con respecto al volumen final que será volcado a los supermercados para fin de año, se definieron cuales serán los precios de venta al público. El listado de cortes a precios económicos se completa con matambre y vacío a $599; tapa de asado a $499 y falda a $399. En promedio, los valores tendrán un incremento máximo de hasta $100 en relación a los valores vigentes para Precios Populares. En el caso del asado, su valor de venta en los supermercados era de $459.

En el encuentro,, las cámaras que representan al consumo doméstico aseguraron a Feletti que pondrán a disposición un "volumen considerable" de cortes, pero sin dar mayores precisiones. La semana pasada, el titular de Comercio Interior afirmó que hasta fin de año se volcarán al programa 20.000 toneladas de estos cinco cortes, pero los frigoríficos no dieron certezas sobre cual será el número final.

La suba en las carnicerías se disparó tras las elecciones legislativas del 14 de noviembre, cuando el precio de la hacienda en Liniers aumentó 25% en dos días. El traslado a los mostradores fue inmediato. La suba de hasta $50 en el kilo vivo de vaquillonas y novillitos en el Mercado de Liniers se reflejó en subas de hasta $200 en las pizarras de los comercios. Luego de este fuerte aumento del ganado, las cotizaciones en los remates empezó a encontrar un punto de equilibrio.

Pero existen dos factores que permiten anticipar presión alcista en los precios de venta al público. Por un lado, la caída en el encierre de los feedlots y el incremento en los valores de la invernada, los animales livianos que se destinan a la reposición.