Claude Chabrol le dio a Isabelle Huppert el rol de una mujer poco agradable, promiscua y mala madre en medio de la ocupación alemana. Pero ese personaje desagradable es, también, una enfermera que realiza abortos por dinero pero también por solidaridad. Eso es lo que la lleva finalmente a la cárcel: el ejercicio es mostrarnos a la persona menos simpática del universo y que nos coloquemos, por principio humano y moral, de su lado en las últimas secuencias de la película. Huppert está sensacional y el filme, que es en parte un thriller, deja mucho en la memoria.

Opera prima de Claire Denis, esta película narra a través de un triángulo amoroso las relaciones coloniales entre Francia y Camerún. Una mujer, ama de casa y madre, esposa de un hombre destinado a ese país de África, comienza a sentir una fuerte atracción -que es mutua- por un empleado negro de la casa. Denis muestra todo su estilo y su mano de acero para manejar la historia: no hay golpes de efecto melodramáticos ni "grandes revelaciones". Todo se resuelve con miradas, con medias palabras, con actitudes nunca subrayadas. Y paradójicamente, el resultado es fortísimo.

François Truffaut, trabajando sobre motivos de Hitchcock, creó esta especie de película de suspenso que se desarrolla entre una compañía de tratro cuando los alemanes ocupaban París. Más allá de la tremenda actuación de Catherine Deneuve, lo que el filme logra es crear algo parecido a un melodrama amoroso que en realidad no lo es, y jugar constantemente con lo que es ficción y lo que no dentro de la propia ficción. Hay una gran actuación, completamente desafectada, de Gerard Depardieu, en perfecto combo con la Deneuve.