Después de la malograda tercera parte de “Hotel Transylvania”, la saga parecía realmente agotada. Una de las mejores películas animadas para todo público de los últimos años había caído en ese pozo de “hagamos cualquier cosa” para entregar una nueva película.

Por eso, el anuncio de una cuarta no generaba mucho entusiasmo, y todavía hay algún que otro prejuicio si una saga cinematográfica se continúa directamente en streaming. Sin embargo, encontramos en “Hotel Transylvania: Transformania” - que estrena este viernes 14 en Amazon Prime Video- la famosa bocanada de aire fresco que la historia se merecía.

Enredos y diversión en "Hotel Transylvania: Transformania"

Había que darle una vuelta, y llegó por el lado de la fórmula “¿Qué tal si…?”. Asistimos al festejo del 125 aniversario del hotel, con todo lo que esperamos ver: los monstruos bailando, música de DJ, cócteles, luces. Drac (esta vez con la voz de Brian Hull) planea coronar la gran noche anunciando su retiro y su intención de legar la empresa familiar a su hija Mavys (Selena Gómez).

Pero claro, el poderoso conde vampiro no había tenido en cuenta un detalle: dejárselo a Mavys implica también dejárselo a su marido, el torpe pero adorable humano Johhny (Andy Sambers).

“Transformania” se centra esta vez en la difícil relación suegro-yerno. Sabemos que por más esfuerzo que ponga el joven, a Drac siempre le costó aceptar que ahora en su familia hay un “frágil y poco confiable” mortal. Sobre todo, admitir de una vez por todas que su hija es una mujer y ya no su niñita.

Como suele pasar, lo que debería ser un secreto se filtra, pero también se malinterpreta, generando confusiones, enojos y problemas. Johhny cree que tal vez, si se convierte en monstruo, el padre de su pareja confíe en él.

La idea generará una aventura indeseada por su suegro que los obligará a ambos a apuntalar su vínculo y los traerá en una aventura a esta región peligrosa y misteriosa que Hollywood llama “Sudámerica”.

Otra buena noticia es que volvemos a ver a los personajes que componen ese coro divertido y simpático: Van Helsing (Jim Gaffigan), su tataranieta Ericka –novia de Drac- (Kathryn Hahn), a Steve Buscemi como Wayne, el atribulado hombre lobo padre de 58 (o más) hijos, a David Spade como Griffin el hombre invisible, Fran Drescher como Eunice, esposa de Frank (Brad Abrell) y el resto de la pandilla.

Aquí el mensaje es claro: la familia –elegida o heredada- es el mayor tesoro que alguien, monstruo o humano, puede tener. Con escenas que despiertan risas y el metraje exacto, “Hotel Transylvania: Transformania” entretiene y cumple.