Crítica/ Mulan
Mulan: corrección política, sobreexplicación y nada de sutileza
(EE.UU., 2020; dirigida por Niki Caro; Disney+)
Mulan debería de haberse visto en pantalla grande. Aunque no es una buena película, hay momentos (las cabalgatas no digitales, por ejemplo) que, en un cine, podrían haber transmitido algo de nervio a esta fábula nacionalista sobre una chica que asume, para relevar en secreto a su padre, el rol de un soldado. El filme animado de los 90 era, por cierto y gracias a la síntesis a la que obliga el dibujo, mucho mejor. Aquí todo se estira y se sobreexplica. Y, mal de estos tiempos, se agrega la cuestión didáctica (aquí sobre identidades y géneros) que agregan peso muerto a una película realizada a puro reglamento. Adiós sutileza; hola, cine Billiken mal impreso.
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