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Terminó "Luis Miguel, la serie": ocaso y un nuevo amanecer para el Sol de México

Los 6 últimos episodios del retrato ficcionado de la vida de Luis Miguel ofrecen un interesante perfil sobre la estrella mexicana. Lejos de la autocompasión de los inicios, aquí hay lugar para la crítica y detalles curiosos sobre su romance con Mariah Carey y el día que rechazó interpretar a "El Zorro".

acaballero

Algo opacada en su estreno porque el destino quiso que coincidiera con el furor de la biopic de Diego Maradona, esta tercera temporada de "Luis Miguel, la serie" tiene sin embargo mucho para ofrecer.

Eso, a pesar de ser la más corta. Son sólo 6 episodios que compactan muchos y jugosos datos del pasado y presente del artista mexicano, quien además nos confirma aquí que esta producción para él fue más fructífera que cientos de horas de terapia.

En efecto, Luis Miguel hace catarsis a lo largo de las tres entregas de la biopic pero sin dudas este cierre reúne lo mejor y lo peor de sus hechos y pensamientos. El Sol de México se permite reírse un poco de sí mismo pero también admite haber sido una persona muy difícil de tratar, egocéntrico y soberbio. A no asustarse, fanáticos porque tampoco es tan grave: la estrella obtiene redención y encara el futuro con optimismo.

Luis Miguel contra sus demonios

Lo cierto es que esta última temporada encontraba al artista con muchos frentes abiertos tras la muerte de su manager Hugo López, una tristeza que aún guarda en su corazón. Pero esa guardia baja le valió también ser traicionado por su inescrupuloso nuevo representante, Patricio Robles (magistral Pablo Cruz Guerrero), quien se aprovecha de su enajenación en brazos del alcohol y la mujer de turno.

Nuevamente tenemos la narración en dos tiempos principales -fines de los 90 y 2017, época en que se gestó la serie- pero también nos da el gusto de volver a ver a sus padres Luisito Rey y Marcela Basteri, a través de flashbacks evocados por el protagonista que busca algún recuerdo feliz.

Diego Boneta vuelve a conmover con su doble composición, ya casi una "fusión" con el astro de la música. El Luismi de fines de siglo aún cree en el amor y se embarca en una relación que ahora entendemos como "tóxica" con Mariah Carey. La definición de ese noviazgo podría ser "demasiado ego".

Terminó "Luis Miguel, la serie": ocaso y un nuevo amanecer para el Sol de México
Jade Ewen interpreta a Mariah Carey en su mejor momento. (Foto: Netflix)

La cantante, interpretada aquí por la inglesa Jade Ewen, estaba en la cima de su carrera cuando conoció al mexicano, que tenía como objetivo entonces ingresar al mercado anglo. Todo encajaba bien, hasta que los egos de ambos chocaron, rápidamente. La serie -a la que hace unos días la cuenta oficial del cantante calificó de "ficción basada en hechos reales", como atajándose de algo- sugiere que era la artista pop quien "ninguneaba" a Luismi.

Celos, competencia profesional, desconfianza y un estilo de romance por parte de Luis Miguel que a Mariah le parecía anticuado y machista, socavaron la base de esa pasión.

Algunos datos curiosos de "Luis Miguel, la serie 3"

No era tan conocida la anécdota de cuando el cantante estuvo a punto de ser El Zorro en la película que luego sería el trampolín a la fama de Antonio Banderas. Fue a instancias de Carey, que quería ayudarlo con su carrera a nivel internacional. Ese traspié -Luismi elige hacer otra cosa- resultó fundamental para que el artista no lograra aquel objetivo, y luego vendrían varios más.

Terminó "Luis Miguel, la serie": ocaso y un nuevo amanecer para el Sol de México
Diego Boneta, en una notable doble composición. (Foto: Netflix)

La situación financiera del artista era tan mala como decía la prensa hace unos años, y la biopic se hace cargo de esto contando que Luis Miguel primero es reticente a la idea de su amigo Miguel "Tocayo" Alemán (en la piel de Carlos Ponce, otra sorpresa) de hacer una serie sobre su vida para mejorar su imagen -desgastada por años de descuido profesional- y generar ingresos. Las deudas lo acosaban al igual que las demandas que tenia que pagar.

Todo anticipa un final en que Luis Miguel finalmente ordena un poco su vida, acepta equivocaciones y logra remontar una carrera de más de 4 décadas, recuperando el brillo y encaminado a ir por más. La autorreferencialidad del último tramo descomprime y en cierta manera "empalma" con la actualidad que conocemos del artista, ya exorcizado.

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