Todas las Mad Max anteriores a esta Mad Max, en Max
Casi sin nada, el australiano George Miller lanzó una película de culto que se convirtió en una de las sagas más exitosas -al menos en cuanto a crítica- del cine contemporáneo. De Mel Gibson a Charlize Theron, todas las Mad Max disponibles en Max
Australia tenía un problema: no conseguía que su cine hiciera dinero. Liberó la censura para todo lo que era violencia y sexo y aparecieron cineastas jóvenes con ganas de hacer filmes de puro género. Entre ellos, el médico George Miller, que con unos pocos dólares, un estudiante de actuación neoyorquino que había ido a parar a Australia (Mel Gibson), un par de autos e imaginación creó Mad Max, la historia de un tipo que busca venganza por la muerte de su familia en un futuro apocalíptico. Más satírica que el resto y prohibida por la dictadura en la Argentina. La veían "muy violenta".
Mad Max: El guerrero del caminoAquí el mundo desértico y quemante que es icónico de la serie se constituye de verdad (la primera es más, si se quiere, "burguesa") y la película es un modelo para la cuarta de la saga: una larga persecución entre un grupo de sobrevivientes que quiere tener una vida pacífica, liderados -a lo western- por Max, y unos salvajes que quieren hacerlos puré y quitarles el agua y el combustible. Muchísima acción y mucha más imaginación desatada, con un George Miller al que ya se lo miraba con mucho respeto por el éxito global de la primera película.
Aquí un agonizante Max es rescatado por unos chicos desamparados, tiene que ir a una "ciudad" donde debe pelear por su vida y encontrarse con la jefa del lugar, una Tina Turner que dejó una actuación icónica y una canción ("No necesitamos otro héroe") ídem. Menos vertiginosa que las demás, más cercana al cuento de hadas (por cierto, con sangre, crueldad y todo lo que Mad Max concita) ya es una pelicula de gran presupuesto hecha con todos los chiches de Hollywood. Igual, apreciable.
Mad Max: Furia en el caminoEste es como un nuevo comienzo, y Miller se anima a no tener a Mel Gibson actuando, a contar lo que se le canta, a unir a dos actores que se pelearon todo el rodaje (Tom Hardy y Charlize Theron) y a inventar algunas de las mejores secuencias de acción de los últimos 200 años. El filme no para nunca y su centro (como en Guerrero del Camino) es una larga persecución de ida y vuelta que es también una gigantesca batalla con momentos en los que se bordea, cubre y atraviesa el más alocado surrealismo. Los planos de la tormenta nocturna de arena son fascinantes.