NEUROCIENCIA

Fiestas de Fin de Año: el impacto emocional de las caricias y de los abrazos en las celebraciones

 Existe una relación intrínseca entre el cuerpo, la cognición y la emoción

Ibrusco

En las fiestas de fin de año, especialmente si son atravesadas por alguna crisis, es muy importante el contacto físico. Los abrazos y las caricias, un tacto especial con impacto afectivo, son fundamentales para la intersubjetividad. Si bien nacemos con visión y audición limitadas, el tacto ya está presente. Este primer contacto emocional al nacer es esencial para nuestro desarrollo.

El aprendizaje a través del tacto es un proceso innato. Incluso los bebés reconocen objetos mediante este sentido. La sensibilidad háptica, que estudia las sensaciones no visuales ni auditivas, es crucial en los recién nacidos y su ausencia conlleva dificultades significativas.

Este contacto también es vital para el autoconocimiento, la percepción del espacio y las relaciones intersubjetivas. Diversos investigaciones en educación indicaron que el aprendizaje mejora cuando los niños interactúan físicamente con su entorno.

Francis Macglone, neurocientífico de la Universidad John Moore, exploró las fibras nerviosas "Tipo C", relacionadas con el tacto afectivo y el dolor. Estas fibras, al activarse, envían señales al sistema de recompensa del cerebro en 1 o 2 segundos, generando placer. Esto demuestra que tanto la caricia como la percepción de esta pueden ser emocionalmente significativas.

Caricias y relación social

Las caricias, además, deben ser inesperadas y realizadas por otro, reforzando su naturaleza social. Por ejemplo, muchos receptores táctiles se localizan en la espalda, una zona inaccesible por uno mismo, sugiriendo la necesidad del otro para experimentar este contacto.

Una caricia suave hecha por otra persona activa endorfinas, generando placer, y oxitocina, fomentando la conexión social. Esta interacción se vio limitada durante la pandemia. También reduce el cortisol, la hormona del estrés, e incrementa la somatotrofina, hormona del crecimiento, además de relajar la frecuencia cardíaca y el electroencefalograma.

McGlone señaló que las caricias activan el sistema de recompensa cerebral a través de nervios de conducción lenta. También planteó la hipótesis de que personas con trastornos del espectro autista podrían procesar de manera diferente el tacto emocional.

 

Fiestas de Fin de Año: el impacto emocional de las caricias y de los abrazos en las celebraciones
Durante el primer mes de vida, nuestra percepción visual y auditiva es limitada, pero el tacto nos introduce en el mundo de la intersubjetividad

La importancia del tacto reformula el concepto de dualidad mente-cerebro hacia mente-cerebro-cuerpo. Se enfatiza el concepto de cognición corporizada, que explora cómo nuestro cuerpo influye en nuestra mente, un área poco investigada hasta ahora. Las caricias y los abrazos activan mecanismos de seguridad, reducen el estrés, elevan el umbral del dolor y generan reposo en el electroencefalograma.

Diferentes estudios realizados entre monos recién nacidos criados con madres artificiales de lata revelaron que presentan un grado de ansiedad persistente, a diferencia de aquellos con madres artificiales peludas, que generan tranquilidad y confianza. Esto subraya la importancia de las terminales de las fibras C en la transmisión del tacto no fino, el dolor y las caricias, localizadas en los folículos pilosos.

Fin de año y salud mental

Los abrazos y las caricias podrían influir significativamente en la salud mental. Investigaciones en Frontiers Psychology, dirigidas por Aikaterini Fotopoulou y Mark Jenkinson, indicaron que las caricias lentas están asociadas con emociones placenteras y pueden aliviar síntomas de ansiedad.

Deniz Gursul, de la Universidad de Oxford, demostró que la actividad cerebral de bebés aumenta con el dolor, pero se reduce significativamente cuando se los acaricia antes de una punción sanguínea. Las caricias lentas, a unos tres centímetros por segundo, parecen ser las más efectivas.

Durante el primer mes de vida, nuestra percepción visual y auditiva es limitada, pero el tacto nos introduce en el mundo de la intersubjetividad. Así podemos llegar a diferenciar entre una caricia y un contacto amenazante. Existe una relación intrínseca entre el cuerpo, la cognición y la emoción. Las caricias y los abrazos, más allá de ser gestos simples, juegan un papel crucial en nuestra salud tanto física como emocional.

Pocas cosas son tan abstractas y al mismo tiempo tan omnipresentes en la vida cotidiana como los estímulos sensoriales. Aunque existen consensos generales sobre nuestras sensaciones, resulta complicado definir con exactitud qué son. Por eso podría ser difícil encontrar un acuerdo entre diferentes personas sobre lo que realmente perciben al describir un color, un perfume o lo que sienten ante un abrazo.

La habilidad para discernir entre una caricia afectiva y un contacto menos positivo es fundamental. Este entendimiento subraya cómo nuestra percepción sensorial está profundamente enlazada con las emociones y la cognición. Los abrazos y las caricias no solo son gestos de afecto sino también componentes esenciales de la experiencia humana, influyendo tanto en nuestra salud mental como en nuestra calidad de vida.

 

* Neurocientífico y profesor. Decano de la Facultad de Ciencias Médicas (UBA). PhD en Medicina y en Filosofía. Director @alzheimerargentina.

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