Hipotecas UVA, la 1.050 y la solución de 2003

El crédito indexado es una soga al cuello y la inflación ahorca cada vez más

Federico Wahlberg *

En Argentina hay historias que se repiten. Tal es el caso de los hipotecados UVA, que vivimos una pesadilla porque nuestro capital adeudado y nuestras cuotas aumentan por inflación. Pagamos y debemos cada vez más. Fuimos estafados porque el gobierno de Cambiemos realizó publicidad engañosa, prometió junto con los bancos que la cuota mantendría una relación estable con los ingresos, y eso claramente no ocurrió. La inflación subió por el ascensor y los salarios por la escalera.

El crédito UVA es una soga al cuello y la inflación nos ahorca cada vez más. El crédito se come una parte cada vez más grande de nuestros salarios y lleva a muchas familias a dejar de pagar servicios, expensas y productos de la canasta básica para poder pagar la cuota; aumentan deudas con tarjetas y aun así hay familias que corren el riesgo de que les rematen la casa e, incluso, pueden perder los ahorros de toda una vida.

Este problema no es nuevo. Ya sucedió hace cuarenta años en Argentina, en plena dictadura militar. Así lo relata Edgardo Civit Evans, ex presidente y fundador de la Unión Interprovincial de Entidades de Vivienda (UNIDEVI), organización que luchó en plena dictadura contra la indexación de los créditos hipotecarios afectados por leyes y circulares como la famosa 1.050 del Banco Central. En su libro "Los ladrones y cómo robaron. Indexación y dependencia", cuenta que funcionarios de la última dictadura estudiaban "la aplicación de un nuevo índice de ajuste de los créditos que tendría en cuenta la variación registrada en un grupo de salarios" como solución. Eso mismo propuso Mauricio Macri en su último debate presidencial.

Cuarenta años atrás los hipotecados respondieron que la indexación por salarios "no constituiría ninguna solución porque luego de varios años de salarios congelados cabía suponer que se producirían aumentos" y que "este no es un problema de índices sino de sistema". Proponían la supresión de la indexación.

Volviendo a la situación actual, la indexación por salarios (índice CVS) sería una verdadera trampa, porque no soluciona el problema de fondo. Los hipotecados UVA estamos sobreendeudados porque nuestro capital adeudado fue ajustado por inflación. Por ejemplo, alguien que sacó un crédito por 2.000.000 de pesos hace dos años debe hoy 4.000.000, es decir, el doble. El cambio de índice no baja el nivel de sobreendeudamiento. Además, por definición, esta modificación no disminuiría la relación cuota-ingreso, ya que el aumento de las cuotas acompañaría el aumento de salarios. Es más, si los salarios aumentan más que la inflación, nuestras cuotas también pasarían a aumentar más que la inflación. Y en muchos casos los salarios aumentan menos que el promedio del índice.

De forma similar fueron afectados los hipotecados en dólares durante los años de la convertibilidad. La salida del tipo de cambio 1 dólar = 1 peso implicó una megadevaluación en 2002, los salarios reales cayeron muy fuerte y las hipotecas dolarizadas se hicieron impagables. La solución a este drama fue la pesificación de todos los créditos hipotecarios. A fin de 2003 se creó un Fideicomiso administrado por el Banco de la Nación Argentina desde el cual se hicieron cargo de los créditos hipotecarios y se reestructuraron las deudas. El presidente electo, Alberto Fernández, era jefe de gabinete del entonces presidente Néstor Kirchner. Fernández conoce bien este rescate a los hipotecados dolarizados, al punto de que, en plena campaña electoral, afirmó: "Tenemos que hacer un plan de salida para el UVA que empiece por desdolarizar lo que tienen que pagar de cuota. En el año 2003 cuando nosotros llegamos tuvimos el mismo problema. Lo vamos a resolver de nuevo".

Si bien hoy pagamos en pesos, nuestros créditos están en UVAs, una especie de cuasimoneda cuyo valor en pesos se indexa según la inflación. Los créditos UVA no están en dólares pero una de las principales causas de la inflación es la suba de ese moneda. Todos sabemos que cada vez que sufrimos una fuerte devaluación se dispara la inflación y con ello las cuotas y el capital adeudado de nuestros créditos. En ese sentido, la "desdolarización" que propone Alberto Fernández es la pesificación que nosotros reclamamos.

Para que ello ocurra, los bancos privados deberían resignar parte de sus ingresos, luego de años de percibir ganancias extraordinarias. La banca pública debería recuperar su función social y desde el Estado se debería modificar la política de acceso a la vivienda. Por eso reclamamos salir de la indexación, defendemos el acceso a la vivienda como un derecho y decimos: "Vivienda si, negocio no".

* Economista. Hipotecado UVA

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