La fractura es transversal y lo que viene es a todo o nada
Tal vez nunca llegue a ser tratado en el Senado. Es más, si la Cámara alta terminara por rechazar el DNU 656/24, que asignó $100.000 millones a Inteligencia, ese dinero nunca aparecerá. Toda la tensión resultaría abstracta en segundos. Pero lo que sucedió esta semana en el Congreso es mucho más profundo.
El vínculo entre el Gobierno y Mauricio Macri estalló. Se venía anunciando con textuales cuidadosamente elaborados de un lado y del otro. Pero ahora se pasó de las palabras a los hechos. Una veintena de diputados amarillos contribuyó al quorum en contra de los intereses del Gobierno. Más aun, la mayoría votó a favor de rechazar los fondos para la nueva/vieja Side.
Disipado el humo de la explosión, la ruptura terminó por cruzar a todos. Fracturó al PRO, desde donde los alineados con Patricia Bullrich desconocieron la orden del fundador y ahora amenazan con pegar el portazo. Fracturó a La Libertad Avanza, que también aportó dos luces al tablero del quorum y cuyos diputados terminaron a los gritos, envueltos en mil internas. También al radicalismo que, a la buena de Dios, exhibió la banca vacía de su jefe de bloque, Rodrigo De Loredo.
A 9 meses de llegar al poder, La Libertad Avanza recién termina de fraguar su identidad en materia política. Emergente del rechazo a todo lo que la sociedad no quería, llegó con una radical receta económica de, aún, incomprobada aplicación. En materia política, un rejunte, casi la nada misma.
Más allá de la promocionada frase sobre la falta de equipos en materia económica, Macri esperaba que la nueva gestión terminara rindiéndose a sus cuadros en todas las líneas. “Milei no podrá gobernar con Karina”, sostenían. La gestión fue colonizada, sí, pero no precisamente por el PRO. La nueva divisoria de aguas, repentinamente, tiene a Santiago Caputo con defensores y detractores en todos los rincones de la política argentina.
El poder de los “servicios” y hasta la reformulación de la Corte Suprema son palancas fundamentales mientras la mayor parte de la sociedad le hace el aguante a la economía a la espera de buenas noticias. La campaña para las legislativas del próximo año acaba de arrancar y al mismo tiempo ya está avanzada. Como casi siempre por estos pagos, será a todo o nada.