Hace 3 años Héctor Daer, desde la cúpula de la CGT además de realzar el alineamiento al Gobierno de esa central reclamó la necesidad de decisiones en materia salarial, sobre ingresos reales y no nominales. "Las empresas tienen que sostener sus costos por volumen y no por precios", le decía el triunviro a BAE Negocios en noviembre de 2019. Su pensamiento de aquel momento sigue intacto: “No decimos que alguien tenga que trabajar a quebranto. Sí que debemos comprender que las empresas tienen que sostener sus costos por volumen y no por precios. Así vamos a incrementar nuestra economía y posponer rentabilidades, no para trabajar a quebranto, quiero ser claro en esto, sino refiriéndonos a algunos sectores que a todas luces obtuvieron ganancias excesivas".

En tiempo presente, el adjunto de Camioneros y triunviro cegetista Pablo Moyano fue tajante respecto a la urgencia para frenar la inflación: “Hay empresas que no bajan los precios y siguen ganando dinero, son las que manejan nuestro país. Precios Cuidados está muy bien pero habría que tomar 20 productos de la canasta básica y quitarles el IVA para que los trabajadores no lo paguen. Esos compañeros y compañeras son quienes no se la llevan afuera y consumen acá”, exaltó.

Para el adjunto de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar, es notorio que las medidas antiinflacionarias fracasaron pero también que “el aumento del salario mínimo por 45 puntos a fin de año, además de ser insuficiente se convierte en un techo para el resto de las paritarias”.

La premura se expresa en otros textuales y decisiones. Por ejemplo, los trabajadores de Estaciones de Servicio, antes del anuncio del 4,7% de inflación en febrero, comenzaron a reclamar paritarias trimestrales.

Y sólo se resumen algunas voces de un coro generalizado en el movimiento obrero.

Ese análisis de Héctor Daer en noviembre 2019 se mantiene

El martes, minutos después de cerrar el acuerdo paritario, un dirigente metalúrgico y un empresario dejaron su versión descarnada del escenario. “Con este marco de inflación no estamos pactando aumentos reales, sólo porcentajes para que los trabajadores pierdan por poco. La cuestión de fondo es resolver el tema inflacionario, ni a los empresarios nacionales ni al gremio le conviene esto”.

El encuadre desde el análisis histórico/económico lo acercó Pablo Ferrari, investigador del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), que alertó que para el análisis de las variaciones del poder adquisitivo de los sueldos “no alcanza con analizar a la inflación más allá de que este fenómeno siempre afectará a los sueldos”.

Ferrari destacó que las últimas cinco décadas en la Argentina son ilustrativas al respecto. “En el período 1976-1982, la inflación se multiplicó diez veces respecto a la etapa anterior, con un incremento promedio del 200% anual. La participación de los asalariados en el PIB pasó del 48% a 26%, mientras además caía el producto. Al final del tramo 2016-2019, la inflación terminó duplicándose respecto al período anterior, alcanzando el orden del 50% aún vigente. La participación de asalariados en el producto pasó de 51,8% a 46,1%”.

A criterio del especialista de la Undav, entérmino generales y agregados, el salario oscila entre dos niveles. "Por un lado, un pico superior que permite que la oferta de bienes y servicios se realice y que así el ciclo económico continúe su curso ascendente, pero sin que la rentabilidad mínima del capital se deteriore".

"Por otro lado, un pico inferior que se corresponde con un mínimo necesario para la supervivencia de las trabajadoras y trabajadores y la propia necesidad de la oferta de vender su producción, que es mínima en la fase descendente del ciclo", dijo Ferrari.

Dos anécdotas para intentar algún intento de sonrisa frente a una de las preocupaciones mayoritarias y del momento en la Argentina. Durante la Guerra de Vietnam, que se desarrolló durante 20 años y finalizó en 1975, las cifras sobre inflación certificaron que las naciones beligerantes tenían menor incremento de precios que la Argentina. Desde “Polémica en el Bar”, ya un clásico de la televisión en blanco y negro para esos días, uno de los protagonistas ironizó con la idea de bombardear nuestro país para frenar la inflación. Ya por estos días una fuente del oficialismo, en ejercicio también del humor negro y su versión peronista razonó: “De seguir esto así resta definir si la pauta salarial la velamos en la Rosada o algún ministerio”.