Las pequeñas y mediana empresas (PyMEs) constituyen la columna vertebral de nuestras economías, ya que representan aproximadamente el 50% del producto bruto global y entre el 60% y el 70% del empleo a nivel mundial. Además, tienden a emplear a los sectores más vulnerables y con mayores dificultades para insertarse en el mercado, como los jóvenes y las mujeres, por lo que contribuyen directamente al desarrollo sostenible e inclusivo.

En Argentina, su importancia es aún más acentuada: de un total de 605.626 empresas privadas, más del 99% son micro, pequeñas y medianas empresas, que producen el 65% del empleo privado formal

En el marco de la cuarta revolución industrial, la transformación digital extiende a las PyMEs las ventajas de las nuevas tecnologías, previamente accesibles solo para las grandes empresas. Big Data, Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial, entre otras innovaciones, tienen el potencial de reducir costos, aumentar la eficiencia, optimizar operaciones y expandir la base de clientes.

Las llamadas “empresas de rápido crecimiento”, que aumentan el empleo de forma rápida y sostenida, están asociadas a la adopción de nuevas tecnologías, productos y procesos, que se traducen en aumentos de productividad. En Argentina, entre 2010 y 2017, hubo 3.730 empresas de rápido crecimiento por año, en promedio.

Las plataformas de comercio electrónico, por su parte, hacen al comercio más accesible e inclusivo, disminuyendo significativamente las barreras de entrada para ingresar a nuevos mercados. Estudios muestran que, en la actualidad, alrededor del 80% de las compañías participando del comercio electrónico son PyMEs, según International Trade Centre, “New Pathways to E-Commerce: A Global MSME Competitiveness Survey”,  de septiembre de 2017.

En general, las PyMEs suelen ser usuarios y consumidores de nuevas tecnologías, en lugar de sus desarrolladores. No obstante, también es cierto que estas compañías son más ágiles para adaptarse, una vez que las innovaciones están disponibles en el mercado. Las PyMEs tienen estructuras pequeñas y flexibles, por lo que tienden a reaccionar más rápido ante los cambios. Su velocidad de adaptación se transforma en un activo clave a medida que los nuevos desarrollos tecnológicos son más accesibles y su costo se reduce. En un entorno cambiante y volátil, esta flexibilidad constituye una ventaja competitiva, muchas veces desaprovechada o ignorada, en relación con las grandes compañías.

Sin embargo, la transformación digital también entraña desafíos para las pequeñas y medianas empresas: la mayor demanda de conocimiento y habilidades específicas puede aumentar la brecha de competitividad entre éstas y las multinacionales. Las PyMEs ubicadas en países en desarrollo enfrentan dificultades adicionales vinculadas a deficiencias en términos de infraestructura y conectividad. Fundamentalmente, la falta de servicios de logística adecuados representa un obstáculo para las PyMEs que participan del comercio electrónico: los costos logísticos son el doble en países en desarrollo en comparación con las economías desarrolladas, de acuerdo con los datos del WEF (2020), Mapping Trade Tech, The World Economic Forum.

Estudios muestran que la alfabetización digital, entendida como el desarrollo de habilidades y de una mentalidad digital por parte de los empleados, constituye el principal desafío que enfrentan las PyMEs a la hora de adoptar nuevas tecnologías, con datos del World Economic Forum 2020 global survey on TradeTech

En ese marco, se torna estratégico el rol de las asociaciones empresariales y las organizaciones de la sociedad civil, como complemento de las instituciones educativas y el sector público. Desde AmCham Argentina, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina, ofrecemos espacios propicios para el intercambio y la transferencia de conocimiento entre dueños y CEOs, y promovemos una cultura de la innovación en las empresas de todos los tamaños. Más aún, nuestra membresía incluye más de 270 PyMEs de distintos rubros que interactúan en ámbitos de aprendizaje mutuo con las principales empresas operando en el país.

La sensibilización de sus dueños sobre el potencial de la adopción tecnológica y la construcción de capacidades digitales por parte de los colaboradores son pasos necesarios para que la transformación digital de las PyMEs sea exitosa. Explotar su flexibilidad y capacidad de adaptación como una ventaja competitiva las ayudará a no quedarse atrás en el camino de la innovación y aprovechar las oportunidades que la tecnología ofrece para su desarrollo.

* Gerente de Servicios al Socio - AmCham Argentina.