Las pymes y el eterno equilibrio para no caer
Actualizar no es retroceder, es adaptarse para seguir adelante
Mientras Javier Milei celebra sus victorias políticas y canta frente a multitudes, miles de pequeñas y medianas empresas seguimos haciendo equilibrio para no caer. Generamos más del 70% de los puestos de trabajo privados y sostenemos la vida económica tanto de pueblos como de barrios. Pero hoy, ese corazón late con esfuerzo.
Desde finales del año pasado cerraron más de 16.000 empresas, casi todas pymes, y se perdieron más de 300.000 puestos de trabajo formales. Los datos no son una estadística fría: detrás hay talleres apagados, fábricas con máquinas paradas y comercios que no pudieron volver a levantar la persiana.
Actualizar no es retroceder, es adaptarnos para incluir a más personas en el trabajo formal, haciéndolo más dinámico y más justo. Las nuevas generaciones tienen otra forma de relacionarse con el empleo, con la tecnología y con el tiempo. Y nosotros, desde las pymes, que somos el corazón de la producción nacional, vemos todos los días los límites de un sistema que quedó viejo.
En el conurbano bonaerense todos me cuentan lo mismo: contratar un trabajador es un riesgo enorme. Una ley desactualizada los pone en desventaja. Un pequeño error administrativo o un malentendido puede derivar en un juicio que le cueste la continuidad a una pyme. Ahí es donde tenemos que hacer foco porque eso no puede seguir pasando.
Del otro lado del mostrador también escucho historias de trabajadores que no logran conseguir un empleo formal, por que las empresas dudan en tomar gente por miedo a los costos y a los conflictos que genera el sistema actual. El resultado de eso es visible: la mitad de los trabajadores argentinos está en la informalidad.
Una buena actualización laboral debe apuntar a tres grandes puntos y objetivos:
1. Hacer más ágil la contratación y la desvinculación para que las empresas puedan tomar empleados sin miedo y para que las personas puedan cambiar de trabajo sin perder protección.
2. Modernizar el sistema de indemnizaciones y juicios laborales, buscando mecanismos más previsibles y transparentes.
3. Reducir la informalidad, porque el empleo en negro no solo perjudica al trabajador sino que también debilita el sistema productivo y la recaudación del Estado.
La economía argentina no puede sostenerse solo por la esperanza de exportaciones futuras mientras se destruye el tejido productivo local. Cada empresa que cierra es una familia que pierde su sustento.
Los empresarios pymes, los industriales, hablamos desde la práctica: invertimos, damos empleo, pagamos impuestos y sostenemos la producción local incluso en los momentos más difíciles. Lo que pedimos es una ley moderna, previsible y justa que nos permita seguir generando empleo, con reglas claras para todos.
*Empresario Pyme