En las últimas horas la historia de la herencia de Jorge Luis Borges dio giro, aunque quizás no demasiado inesperado. María Kodama, viuda y albacea Borges, falleció sin dejar un testamento que ordene el destino del invaluable legado literario del escrito y sus sobrinos se presentaron ante la Justicia con el fin de ser reconocidos como los legítimos herederos.

La noticia surge un día después de que se informara que Kodama, la viuda y albacea de Borges, no dejó testamento alguno con indicaciones acerca del legado literario del autor y su patrimonio pasaría a manos del Estado, según había anunciado el apoderado legal de la escritora y traductora, quien además solicitó ante la Justicia que se decrete abierto el juicio sucesorio para verificar la existencia de herederos. Ante la presencia de los sobrinos, todo cambiaría.

"Estoy aliviado", sostuvo Soto, quien se desempeñó durante años como el representante legal de Kodama, y agregó: "Los sobrinos se presentaron como herederos ante el Juzgado Civil N° 94".

"Esto me alegra y alivia mi espíritu. La aparición de los sobrinos de María abre una nueva etapa en el expediente sucesorio", aseveró el letrado, quien además hizo una presentación en el mismo juzgado denunciando la posible vacancia de la herencia con la intención, según anunció durante una rueda de prensa, de que se diera a conocer la existencia de posibles herederos.

Luego de la muerte de Kodama finalmente se abrió el interrogante acerca de quién quedaría a cargo de los derechos de la invaluable obra.

Sin embargo, en las últimas horas, Mariana del Socorro, Martín, Nicolás y María Belén Kodama, hijos de su hermano Jorge, solicitaron que "se dicte declaratoria de herederos".

De acuerdo con informaciones trascendidas, en la presentación solicitaron realizar un inventario provisional y secuestrar bienes muebles, así como también obras literarias, premios, condecoraciones, manuscritos, fotos, material periodístico y títulos de propiedad de valor tanto literario como histórico.

Soto explicó que "los sobrinos son los responsables de pedir un administrador y la protección de esos bienes" y aclaró que, "si bien sería una decisión práctica" que los demandantes se pusieran en contacto con él, no están obligados a hacerlo por ley.

Tras la muerte de Kodama se esperaba que se diera a conocer su voluntad acerca de la obra del autor de El Aleph, ya que varios meses antes había anticipado su intención de entregar el legado de Borges a dos instituciones extranjeras, llegando a sugerir que podría tratarse de las universidades de Tokio, en donde se trabajó y se trabaja fuertemente sobre la obra del escritor, y las de Texas o Harvard.

No solo eso: momentos después de conocerse la noticia del fallecimiento de Kodama, el propio Soto había afirmado: "Ella dejó todo arreglado, ya se informará". Sin embargo, nada de todo eso ocurrió.