Herederos de víctimas del Holocausto demandan a museos de EEUU y Europa
Se multiplican los casos de reclamos. Los centros de arte tienen actitudes diferentes ante la restitución
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis robaron a los judíos, entre otras cosas, cuadros valiosos. Hoy los herederos de las víctimas del Holocausto demandan a los museos en un intento de recuperar esas piezas y restablecer la justicia. Una nota de la agencia de noticias rusa Sputnik repasa el creciente número de casos y las expectativas.
Una de las historias que relata el sitio es la del artista de cabaret y opereta Fritz Grünbaum, quien poseía dos dibujos de Egon Schiele: Retrato de la esposa del artista y Prostituta. Cuando fue a parar a Dachau se vio obligado a entregarlos al régimen nazi. Fritz fue asesinado en 1941. Después de la guerra, las obras acabaron en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York y en el Museo de Arte de Santa Bárbara. Ahora son demandados por los herederos de Grünbaum.
Se menciona también el cuadro de Van Gogh "Mujeres recogiendo aceitunas", que perteneció a Hedwig Stern quien huyó de Alemania a California en 1936. Dos años más tarde, los nazis vendieron sus propiedades. El lienzo de Van Gogh estuvo en la galería Knoedle y luego en el Museo Metropolitano de Arte. Ahora se encuentra en Atenas. Stern murió en 1983 sin haber recuperado la obra. Sus familiares siguen buscando justicia.
Muchas veces también sucedía que las familias judías vendían obras maestras a un precio drásticamente reducido. Tenían prisa por salir de Europa y no podían negociar. Sus descendientes discuten ahora tales acuerdos.
Un pariente del coleccionista judío-alemán Carl Adler demandó al Museo Guggenheim por un cuadro de Pablo Picasso "Mujer planchando". En 1938 su antepasado regaló el lienzo por casi nada, otro coleccionista Justin Tanhauzer pagó solo 1552 dólares (32.000 en la actualidad). Según los demandantes, el comprador conocía el verdadero valor de la obra y la situación de la familia de Adler. El Museo Guggenheim, donde ahora reside el lienzo, considera infundadas las acusaciones.
"Si una obra de arte se compró por debajo de su valor, hay que impugnar la tasación o el trato en sí en lugar de presentar una demanda contra el museo", aclaró a Sputnik Vadim Tkachenko, abogado, fundador y director general del grupo consultor vvCube. Tkachenko agregó que en los casos en que el régimen nazi recibió dinero por la venta de un artefacto, pero no lo entregó a su propietario, habría que exigir la devolución de los fondos al sucesor del régimen, es decir, Alemania. Del mismo modo se debía proceder si se obligaba a la gente a firmar contratos.
En cambio, los museos son los titulares últimos de los derechos. Aunque fueran conscientes de la infravaloración, técnicamente no se infringió la ley. Las normas de restitución se describieron por primera vez en el tratado de paz de Versalles de 1919. Tkachenko destacó que es importante que hoy en día las obras de arte robadas se introduzcan en una base de datos especial porque de esta manera no se pueden comprar o entregar a una galería con facilidad.
Los museos tienen actitudes diferentes ante la restitución. Algunos son complacientes. En Nueva York, por ejemplo, los cuadros robados por los nazis están marcados con placas especiales. En Louvre, donde hay unas 1.700 piezas de este tipo, se organizó en 2018 una exposición especial para encontrar a los legítimos propietarios. Desde 1998, Austria y Alemania han devuelto decenas de miles de estas piezas. En 2022, los museos franceses entregaron 15 obras de arte a herederos. Sin embargo, algunas instituciones europeas ocultan las circunstancias en que un cuadro concreto llegó a sus manos y están dispuestas a demandar durante años a los familiares de las víctimas. "El hecho de que se hayan devuelto tantos en 2022 es una coincidencia", indica el experto.