Por fuerte recesión, caerán importaciones y la balanza comercial crecerá este año
Con el impulso del agro favorable y la leve recuperación de Brasil, las exportaciones crecerían un 15% respecto del 2018; el parate industrial frenará compras externas
Mientras el resultado de las negociaciones internacionales tanto de Argentina como del Mercosur no están claras, la balanza comercial del país será positiva en el 2019 empujada por las buenas exportaciones por la cosecha, pero a costa de una recesión que hará caer el nivel de las importaciones.
Analistas del comercio exterior como el titular de la consultora DNI, Marcelo Elizondo, pronostican que las exportaciones podrían crecer este año entre el 15% y 18% en comparación con el 2018, principalmente por los dividendos derivados del campo pero también por "una ayuda de Brasil que crecerá entre 2 y 2,5 por ciento". El comportamiento del mayor socio comercial de la Argentina está bajo la lupa con la flamante gestión del presidente Jair Bolsonaro y de su política exterior dependerá que el crecimiento impacte en Argentina.
El 2018, si bien no se conocen aún las cifras oficiales del INDEC, habría terminado con una suba del 4% en las ventas externas frente al 2017, un crecimiento magro aunque superior al 1% del 2017, informó Elizondo a BAE Negocios. "Las importaciones serán pobres (en el 2019) por efecto de la recesión y se mantendrán así al menos por 4 ó 5 meses. Después podría haber una recuperación pero hay que ver cómo se comporta la política cambiaria", amplió el consultor.
Macri no asistió a la asunción de Bolsonaro, pero se reunirá con el presidente el 16 de enero
En cuanto a las relaciones internacionales, el caso paradigmático de la gran incertidumbre que se vive de cara a este año, es el de la Unión Europea. El bloque sudamericano reclama a su contraparte que mejore las ofertas agrícolas, por ejemplo en el caso de la carne vacuna, el azúcar y el etanol, pero la respuesta hasta ahora ha sido negativa.
Fuentes oficiales admiten a este medio en estricto off the record que con la figura de Jair Bolsonaro y un futuro parlamento europeo que sería muy proteccionista como resultado de as elecciones de este año, las negociaciones se pueden complicar. En realidad, el presidente brasileño tampoco ha dado señales prístinas sobre su voluntad de avanzar junto al Mercosur.
Para el bloque sudamericano, el comisario de Agricultura de la UE, Phil Hogan, mantiene una posición casi cerrada por la defensa de los intereses agrícolas y no facilita los avances. Del lado europeo, muchas de las voces indican lo contrario: es el Mercosur el que no cede en sus posiciones centrales en materia industrial. Si la mirada se deposita en la EFTA, la colocación de productos agroindustriales en Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein es igual de compleja que en la UE, ya que son todas economías proteccionistas.
Como sucede con la mayoría de los acuerdos, si se avanza con EFTA, se liberalizaría el 90% del comercio, con excepciones en el 10% de los productos. Ya se avanzo en la facilitación del comercio y la cooperación aduanera, medidas sanitarias, inversiones, servicios, compras gubernamentales y desarrollo sustentable, entre otros. Asimismo, las relaciones con Canadá para avanzar en un acuerdo de libre intercambio van lentas, ya que el país liderado por Justin Trudeau concentro toda la atención en el nuevo Nafta. El Mercosur y Canadá suscribieron a principios de marzo del año pasado, en la ciudad de Asunción, el acta de entendimiento para las negociaciones de un tratado de libre comercio.
Con respecto al resto de los mercados, Japón quedó descartado por presión de sus agricultores; Corea del Sur es una negociación "en pañales", y la situación no es muy diferente con los países del Sudeste Asiático, como Singapur, que es una nación a la que el Gobierno apuesta muchas fichas para las exportaciones de alimentos. En realidad, la Cancillería ve con muy buenos ojos una aproximación al bloque ASEAN, que se compone de los países de esa región de Asia, pero por el momento no hubo mayores contactos aunque se esperan para este año.
De todos modos, el nudo gordiano de la política exterior se podría empezar a desatar el 16 de enero. Ese día, el presidente Mauricio Macri visitará a Bolsonaro y como todo hace prever, surgirá un nuevo Mercosur ya que está planteado facilitar acuerdos bilaterales.