Preocupa al sector privado la continuidad sin límites de altas tasas de interés para producir
El malestar entre los empresarios fue en ascenso ayer por la tarde-noche, luego de conocer la letra chica del acuerdo del Gobierno con el FMI y del nuevo plan del Banco Central para contener la volatilidad cambiaria y su efecto en la inflación. La teoría de tasas altas por temporada extendida se transformó en un "certificado de defunción en cuotas" para las inversiones productivas.
Distintos dueños y ejecutivos de empresas grandes y pymes se lamentaron por la falta de incentivo para la producción nacional, una contracción del mercado interno a partir del mayor enfriamiento de la economía, y una nueva apuesta al sistema financiero como forma de salir de la crisis.
"No tienen idea de lo que hacer y nadie en el mercado va a creer que (Guido) Sandleris es el nuevo presidente del Central sino que lo maneja el FMI", afirmó uno de los dueños de una poderosa exportadora argentina, quien alertó: "Esto puede ser una bomba de tiempo mucho más peligrosa que todas las anteriores".
El dueño de la textil TN&Platex, Teddy Karagozian, auguró que las "tasas necesarias serán nuevamente erróneas", y alertó que habrá un impacto negativo en el empleo. "Nuevamente el sector privado pagará por los pecados del Estado. Tasas e impuestos. Ambos bajan el nivel de empleo y dificultarán más obtener superávit", se lamentó.
"Muy fácilmente dicen que se equivocaron pero estas tasas necesarias serán nuevamente erróneas", le dijo Karagozian a BAE Negocios.
Por su parte, el vocal de la UIA y dirigente salteño, José Urtubey, reclamó cumplir con las metas de inflación a la baja para solucionar el problema que le genera a la producción el financiamiento caro. "La clave post conocimiento del acuerdo es bajar lo más rápido posible inflación y que bajen las tasas, si no la recesión será muy dañina para la producción", enfatizó.
Lo cierto es que la reunión que tendrá la central fabril de la semana próxima quedará como eje la "decepción" ante la caída de las promesas de un financiamiento en mejoría que el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, había prometido a los industriales. "Todo queda como un cuento mal contado", se quejó un referente del sector fabril.