Género y Números

Comedores y merenderos en crisis: sin IFE, piden que aumente el rango de edad de la Tarjeta Alimentar

La pandemia multiplicó la cantidad de personas que tiene que pedir asistencia alimentaria en espacios sociocomunitarios, que en su gran mayoría son gestionados por mujeres. El aumento de la canasta básica marcó límites a las organizaciones a la hora de comprar, preparar y repartir comida, con una demanda que no para de crecer

mjaureguy

Durante 2020, la canasta básica de alimentos acumuló un 45,5% de aumento. Los comedores y merenderos sociocomunitarios, acostumbrados a las constantes subas, debieron sumar en los últimos meses el impacto de la pandemia de coronavirus, que continúa con fuerza hasta hoy. Esos espacios, gestionados en su gran mayoría por mujeres con apoyo de organizaciones sociales, destacan el incremento en el saldo de la Tarjeta Alimentar de 50%, pero remarcan que sólo compensará el poder adquisitivo perdido. Sin el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la situación es crítica.

Para lograr una mejoría concreta en la situación de los sectores más vulnerables, se debería no sólo dar un mayor monto sino también ampliar el rango de edad en que se entrega, que hoy llega sólo a niños de hasta 6 años que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), para que pase a ser hasta los 12 como mínimo.

La organización social Barrios de Pie tiene 2.300 comedores y merenderos en todo el país, que asisten a unas 192 mil personas. En 2020, tuvo que abrir “un 20% más” de esos espacios, y “hubo un 60% más de personas asistidas”, repasó Silvia Saravia, docente y coordinadora nacional del movimiento.

En el comedor y merendero El Atardecer de Villa Fiorito, en el conurbano bonaerense, gran parte de la comida la aporta el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). El resto de la mercadería que necesitan, como la verdura, frutas o las garrafas de gas para cocinar con anafe, la compran los voluntarios con dinero de su bolsillo. Una vez por mes, María Luisa Corso agarra su changuito, se toma “uno o dos colectivos” y va al Mercado Central a comprar lo que encuentra más barato. Los precios no dan tregua. “Ahora pareciera que está todo más caro que el año pasado”, se queja.

 

Para El Atardecer, “fue demasiada” la cantidad de gente que tuvo que asistir por la pandemia, y esos números se mantienen, a pesar de que el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, asegura que bajaron. “Sigue viniendo la misma cantidad de gente. No sé si es por la falta de trabajo, pero siguen viniendo”. Así, atienden a unos 100 niños por día, que no sólo buscan la comida para ellos mismos -como sucedía antes-, sino que “ahora se les da más para el resto de la familia”, y también se acerca “mucha gente grande”, personas mayores que viven solas. Sin falta, los lunes y miércoles se ofrece la merienda, y los sábados, el almuerzo.

Dina Sánchez, vocera del Frente Popular Darío Santillán, describió el mismo contexto. “Creció mucho la cantidad de familias y personas que se acercan a comer, se nota día a día en los barrios el crecimiento de la pobreza, del hambre y las necesidades de las familias que antes podían sostener las cuatro comidas diarias en sus casas y que hoy precisan acercarse a un comedor popular”.

 

 

El aumento del saldo de la Tarjeta Alimentar ayuda, pero no alcanza

El ministro Arroyo confirmó que a partir de febrero el saldo de la tarjeta alimentaria tendrá un aumento de 50%, en línea con el incremento de la canasta básica, que fue de 45,5% en 2020. “La Tarjeta Alimentar ayuda bastante, al menos para comprar carne, que es lo que más caro está, y la verdura también. Pero es para menores de 6 años, ¿y los chicos más grandes? Esos chicos tienen que comer. Hay muchos papás que se quedaron sin trabajo, no consiguen porque ni changas hay”, lamentó Corso.

Si bien “es un alivio”, Saravia remarcó que “así como se suspendió el IFE, el aumento de la Tarjeta Alimentar es sólo recuperar lo que se perdió el año pasado con la inflación, no es que se supera el monto”, el cual sigue siendo "pequeño". Aunque quienes tienen la tarjeta "están un poco más aliviados, no les alcanza para todo el mes”, subrayó en referencia a una encuesta realizada en colaboración con el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci).

 

Comedores y merenderos en crisis: sin IFE, piden que aumente el rango de edad de la Tarjeta Alimentar

“La Tarjeta Alimentar fue una ayuda, pero resultó insuficiente para la franja etaria a la que se le otorgó". Cada año Barrios de Pie realiza un relevamiento de talla y peso de los chicos y chicas que asisten a sus comedores (pronto se publicará el de 2020), y estudios anteriores arrojaron que "los mayores índices de malnutrición están entre los 6 y 12 años, que es la edad escolar”, afirmó Saravia.

Por esto, planteó que la Tarjeta Alimentar se amplíe “por lo menos hasta los 12 años”. “Esa franja que no se cubrió con la Tarjeta Alimentar imagino que lo pensaron cubrir con el bolsón que se entregó en las escuelas, pero fue muy deficitario”, agregó Saravia que, como docente, participó del reparto de los paquetes y aseguró que “ninguna vez se entregó lo que se había dicho, siempre faltó algún producto”, y siempre quedó gente en la fila que no alcanzó a recibir el suyo porque se acababan todos. Además, “los productos tampoco eran con alto valor de proteínas, sino que la mayoría eran fideos, arroz”.

Para la coordinadora de Barrios de Pie, la ampliación de la Tarjeta Alimentar es importante porque “incluso para quien accede a un Potenciar Trabajo o tiene la Asignación Universal por Hijo no alcanza, y ni hablar de comprar fruta o verdura”, mientras que “escuchar que va menos gente a los comedores, que la cosa va a mejorar, que no hace falta el IFE, da bronca”.

 

 

Perspectivas y propuestas para el 2021

Saravia compartió cuatro puntos con propuestas de Barrios de Pie para mejorar la calidad de vida de los sectores populares:

  • Control sobre el precio de los alimentos: “Creemos que hay mecanismos económicos y políticos para controlar a los formadores de precios y los que aumentan los alimentos según aumenta el dólar o las commodities”.
  • Posibilidad de acceso de la Tarjeta Alimentar: “Que se amplíe a niñas y niños de hasta 12 años por lo menos”.
  • Acceso a un espacio donde vivir: “Si efectivamente se planifica el acceso a lotes con servicios y la vivienda social, eso es una forma de reactivar la economía y poder generar puestos de trabajo”.
  • Redistribuir el dinero del Estado a la economía popular: “Deberían fomentarse los espacios de economía popular y fortalecer más todavía los que tienen que ver con la producción de alimentos, y que se generen las ferias de proximidad en la dimensión que sería necesaria. Tiene que haber una política muy fuerte para que quienes producen puedan venderles a los que tienen la Tarjeta Alimentar. Si no, todo el dinero que tiene el Estado se va a grupos concentrados como los grandes supermercados, en vez de redistribuirse en el territorio: Coto te hace 10% de descuento, pero el que tiene una huerta no te puede vender porque no tiene forma de que compres con la Tarjeta Alimentar”.

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