El 2019 cerró con un déficit 44% mayor a la meta
A un año de las últimas elecciones primarias presidenciales que desataron un derrumbe inédito en los mercados y una salida récord de depósitos, el Ejecutivo envió al Congreso la rendición de las cuentas públicas del 2019, cuyo resultado final arrojó un déficit un 44% superior al proyectado inicialmente por la gestión de Cambiemos.
Tal como ocurrió con las metas de inflación, que no se cumplieron en ningún año, el gobierno anterior tampoco logró su objetivo en lo que respecta al déficit, ni siquiera aplicando un duro ajuste por dos años seguidos y habiendo echado mano a las arcas del Banco Central mediante la emisión monetaria espuria, que el FMI prohibía. Es que, de acuerdo con un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el rojo financiero del año pasado fue de $865.890 millones, una diferencia de 44,2% al compararse con los $600.285 millones que se preveían inicialmente.
El resultado se logró a partir de un superávit operativo de $61.705 millones y, según la OPC, el rojo total hubiera sido incluso superior si la gestión anterior no hubiera echado por la borda su lógica monetarista y se hubiera mantenido en su negativa a recurrir al BCRA para cubrir el bache entre ingresos y gastos.
Es que mientras los primeros registraron un desvío del 9,1% frente a las metas ($324.172 millones), la diferencia en los segundos fue del 14,1% ($589.778 millones). Lo cierto es que el 70% del desvío se explicó por las rentas de la propiedad "fundamentalmente como consecuencia de las transferencias al Tesoro de utilidades del Banco Central, que totalizaron $204.245 millones y no estaban contempladas en el Presupuesto inicial".
"Si no hubiesen ingresado al Tesoro las utilidades remitidas desde el BCRA, el resultado primario del ejercicio 2019 hubiese pasado de un superávit de $61.705 millones a un déficit de $142.540 millones, y el resultado financiero de un déficit de $865.890 millones a otro de $1.070.135 millones", puntualizó la OPC.