El crédito encontró un techo en septiembre
El BCRA publicará hoy el Informe Monetario Mensual del mes pasado. Los préstamos productivos y las tarjetas de crédito mostraron dinámicas similares a las de la inflación. Los plazos fijos, en pesos y en dólares, también son fuentes de preocupaciones y la emisión monetaria volvió a activarse
El BCRA publicará hoy el Informe Monetario Mensual de septiembre, mes en el que el crédito, tanto productivo como para consumo, empezó a mostrar un parate en su crecimiento, hasta acá impulsado por los programas oficiales relacionados con el ATP. Mientras que las tarjetas de crédito vieron trepar su stock de préstamos promedio apenas 0,3% real, los dedicados a las empresas subieron solo 0,4%.
En ambos casos, la comparación es respecto al mes previo y si se toma como válida una inflación de 2,7%, en línea con las mediciones privadas de la inflación de alta frecuencia.
El BCRA publicará hoy la variación corregida por estacionalidad y deflactada por las expectativas de inflación que proyectó el promedio de las consultoras y bancos de la city en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de septiembre, informe que saldrá a la luz el viernes.
Pero los datos crudos adelantados por la autoridad monetaria dan cuenta de que el crédito llegó a un techo en septiembre. Eso tras meses de mejoras, en particular para las tarjetas de crédito, que mostraron un incremento de 4,9% real en agosto y otro de 6,5% en julio, de la mano de los créditos a monotributistas y autónomos, en el marco del ATP. Los productivos lograron una suba de 1,5% en agosto, tras algunos meses de estancamiento.
Cabe destacar que ese estancamiento se dio a la par de una brutal contracción de la actividad económica, lo que muestra el esfuerzo del ATP en intentar sostener vivas a las empresas: la baja de los préstamos se podría haber parecido a la del PBI, que llegó a ser de 25%.
Distinguiendo por tipo de préstamo, los documentos treparon 1,2% real. Los adelantos, descubiertos que se disparan automáticamente, cayeron 1,3% real.
La tasa de interés de los plazos fijos comienza a sufrir contra la dinámica inflacionaria y devaluatoria. Si bien en agosto y septiembre empató contra el IPC Nacional, para el último trimestre la expectativa es que la inflación pegue un nuevo salto. Las decisiones recientes del BCRA, por ahora, permiten adelantar que no habrá una suba de tasas para los depósitos.
Ya en septiembre, los plazos fijos en pesos crecieron pero menos que en la previa. Hubo una suba de 3,2% real. En abril habían caído 6,2% real. En aquel momento el BCRA decidió atar la tasa a la de las Leliq, lo que implicó una suba, con achicamiento del spread bancario incluido. Así, en mayo subieron 5% real, en junio 9,7%, en julio 4,7% y en agosto 4,8%. La suba de 3,2% en septiembre marca una nueva desaceleración. Entre analistas parece haber cierta coincidencia de que, si permanecen firmes las decisiones de tasa del BCRA, no habrá incentivo a meterse en plazos fijos.
La variante en dólares no es más auspiciosa. Más bien lo contrario: septiembre terminó con una fuga de depósitos en dólares de USD1.019 millones. En particular, en la segunda quincena, tras el ajuste al cepo cambiario, se disparó la dinámica. En los últimos quince días del mes se fueron USD1.234 millones. La dinámica continuó en los primeros días octubre. Si bien el sistema está líquido, ya que esos billetes se usan poco y nada en préstamos, y no hay temores de que los ahorristas no puedan retirarlos, lo que sí preocupa es el efecto que genera una tendencia a la fuga sobre las expectativas económicas en general.
Tras haber logrado transferirle al Tesoro solo $40.000 millones en agosto, el BCRA no pudo sostener el alivio a la maquinita y durante septiembre emitió otros $193.500 millones para financiar rojo fiscal. La explicación: la baja relativa en el éxito de las emisiones de deuda en pesos de la Secretaría de Finanzas.
Y eso con el déficit fiscal cayendo y la recaudación trepando. De hecho, en agosto el déficit de $89.000 millones fue, por lejos, el menor desde que se inició la pandemia. Se redujo en 65% respecto al de $253.000 millones de junio, por marcar un ejemplo. Y cayó más de 40% contra el de $155.000 millones de julio. Esa baja consecutiva y acelerada se fue dando gracias a las mejoras en la recaudación y a la contracción en el gasto, ya que el programa anticrisis se fue haciendo cada vez más focalizado.
Así, la vuelta de la maquinita a todo ritmo se dio en base a que el Tesoro logró financiamiento neto por apenas $33.000 millones, contra los $80.000 millones que había conseguido en agosto. Una contracción de 58,7%.
En septiembre, el canal bancario siguió siendo contractivo, por un desarme de $55.000 millones en los pases. Y también hubo una fuerte absorción de la mano de la venta de dólares del BCRA, que tuvo un impacto fuerte en materia de pérdida de reservas pero encontró un pequeño beneficio colateral en los $121.339 millones que logró sacar de circulación el BCRA. La emisión monetaria total del mes, incluyendo el impacto del financiamiento al Tesoro, fue de $106.470 millones.