El gasto sorprendió y el rojo ya consumió la mitad de la meta del FMI
Aunque continuó el ajuste en jubilaciones, en enero se normalizó el gasto en obra pública, se dispararon los pagos que venían pisados en subsidios energéticos y pegaron un salto los salarios estatales. El rojo primario complicó el objetivo pautado con el Fondo: se deberá recortar más en febrero y marzo, con la interna política y las elecciones como complicación
El gasto público sorprendió con un fuerte incremento durante enero. Las proyecciones sugerían una continuidad en el ajuste, lo que finalmente en la práctica sólo se vio por el lado de las jubilaciones, las pensiones no contributivas y las asignaciones familiares. Después, principalmente en obra pública, salarios estatales y subsidios energéticos, se observó un incremento importante, que llevó a un déficit históricamente alto, el más abultado desde 2015, para un enero. Fue de $203.938 millones y, así, en un solo mes se consumió casi la mitad de la meta trimestral pautada con el FMI, lo que obligará a un fuerte ajuste en febrero y marzo o a incumplir. La deuda flotante en el cierre del 2022, para cumplirle al Fondo dispararon algunos pagos en enero, lo que explicó en parte el sorprendente incremento en el gasto de caja.
Un dato clave, y prácticamente la única señal de recorte en el gasto, fue el de las jubilaciones, cuyos pagos crecieron sólo 90,3% en enero, lo cual comparado con una inflación de 98,8% en el mes dejó una contracción de 4,3% en términos reales. Las pensiones no contributivas cayeron 25,7% y las asignaciones familiares 44,9%. Ahí sí hubo tijeretazos.
Pero el gasto en subsidios energéticos saltó 10% real. Ahí jugó en parte la cuestión de la deuda flotante. Un informe del Grupo Geres había mostrado que, en diciembre, para cumplirle al FMI, la diferencia entre el gasto energético observado en los asientos contables (el devengado) y el efectivamente pagado había sido muy abultada y de más de $110.557 millones en el mes. “Nuevamente, al igual que en junio, en diciembre se postergaron pagos para alcanzar la meta de resultado fiscal comprometida con el FMI”, había concluido.
El economista de Econviews, Isaías Marini afirmó al respecto: “Los subsidios económicos saltaron 133%. Se compensaron pagos energéticos que habían sido pisados en diciembre. Hay que ver el mes que viene, cuando sea la revisión del FMI, qué pasó con la deuda flotante porque todo apunta a que no se habría cumplido esa meta, que seguramente se soluciona con un waiver. Este año hay dos limitantes adicionales en lo fiscal que son la sequía y la desaceleración de la actividad en general, que pegan en los ingresos. Nosotros no creemos que esta vez se cumpla la meta con el Fondo y proyectamos un déficit primario de 2,5% del PBI”.
También la obra pública, subió en buena forma, con un incremento real de 26,6%, aunque venía de niveles muy bajos. El Gasoducto fue una de las explicaciones fundamentales. El gasto en salarios públicos, pegó un salto de 8,8% y también fue clave.
El economista de Ecolatina, Santiago Manoukian, afirmó: “Vemos un nivel de gasto elevado en terminos históricos. En precios constantes se ve que es el más elevado desde 2017. El deficit es el peor de los ultimos 8 años. Juega por un lado la recaudación floja, en parte impactada vía retenciones por los dólares adelantados en la liquidación del año pasado, que contribuyó a llegar a la meta fiscal del 2022 pero que este año jugo en contra, junto con el impacto de la sequia”.
Y agregó: “En el gasto vemos suba de los subsidios económicos. Ahi puede haber impacto de la cancelación de deuda flotante. Había sido muy bajo ese gasto en diciembre. Buena parte del rojo viene por ese lado. Y se ve que hubo ajuste en el gasto previsional. Con todo, el Gobierno va a tener que seguir haciendo esfuerzos para esa meta planteada con el FMI. El ajuste va a tener que ser mayor en los próximos meses”.
Luego del cumplimiento de metas absoluto durante 2022, para el primer trimestre reaparecieron las dificultades. Las fiscales exigen que en el primer trimestre del año se acumule un rojo primario de apenas $441.000 millones. En el primer mes ya gastó el 46,2% de ese objetivo. De ahí la proyección de que deberá ajustar más, con una complicación importante: el año electoral y la interna entre cumplirle al Fondo y meterle un impulso a la actividad.
El director de Epyca, Martín Kalos, reseñó acerca de lo observado en el resultado fiscal de enero: “Las que más explican el aumento interanual del gasto en el mes son las prestaciones sociales fuera de las jubilaciones. Segundo en importancia está el funcionamiento del estado. Los subsidios económicos son el tercer punto y son clave: replantea la pregunta de dónde está la supuesta reducción de los subsidios. Sólo a un pequeño sector de alto poder adquisitivo le aumentaron. En los otros dos tramos el ajuste es menor a la inflación. Aumenta la inversión en energía, educación y vivienda. Pero son números magros, la energía por ejemplo tenía muy poco el año pasado y ahora llega a niveles razonables. El gasoducto juega un papel importante ahí”.