El otro lado de la inflación: los servicios aumentaron tres veces más que los alimentos
Los trabajadores tuvieron más dificultades para afrontar el pago de servicios esenciales, según un relevamiento de Coninagro
El poder adquisitivo de los trabajadores estables afronta dos realidades contrapuestas, con una menor capacidad de respuesta ante los ajustes en las tarifas de servicios públicos, pero a su vez una mejora frente a alimentos básicos como el aceite de girasol, la yerba mate, la leche, el asado, el huevo y el pan, según un relevamiento de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).
Entre marzo de 2024 y septiembre de 2025, la inflación general fue del 75,2%, aunque el comportamiento de alimentos y servicios no guardó relación con ese promedio: de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” aumentó en el mismo período un 59,5%, pero “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” tuvo un incremento del 188,7%, triplicando a los alimentos.
La evolución desigual se tradujo en una reducción del poder adquisitivo en relación con las tarifas de energía eléctrica, gas natural o agua corriente, pero a su vez mostró una recuperación respecto de los alimentos básicos.
De acuerdo con el relevamiento de Coninagro, en septiembre el salario permitió comprar casi el doble de yerba que en marzo de 2024, al pasar en ese lapso de 356 a 659 paquetes de medio kilo, con un salto del 85,11%.
En el caso de la leche, el poder de compra creció un 68,5%: mientras en marzo de 2024 el ingreso promedio alcanzaba para 583 sachets de un litro, en septiembre de este año esa cantidad ascendió a 982.
El aceite de girasol también mostró una mejora: el salario permitió adquirir 93 botellas más (de 237 a 330), un incremento del 39,5%.
En rubros más costosos como el asado, se observó un avance del 27% en el poder adquisitivo, que permitió sumar unos 28 kilos adicionales respecto a marzo de 2024, al pasar de 111 a 139 kg.
Respecto al huevo, el poder de compra del salario creció un 33%, equivalente a 96 docenas más: de 293 docenas posibles en marzo de 2024, se pasó a 389 en septiembre.
El pan también mostró una mejora del 27% en términos reales, con 86 kilos adicionales, ya que el salario promedio pasó de alcanzar 319 kilos en marzo de 2024 a 405 kilos en septiembre.
Coninagro analizó la evolución del poder adquisitivo a partir del salario promedio de los trabajadores estables, medido por el índice Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables).
La entidad reportó que entre agosto de 2024 y agosto de 2025 los salarios tuvieron una suba interanual del 46%, superando el 31,8% de inflación de ese período.
Para los productores, otra realidad
A pesar de destacar la mejora en el poder adquisitivo de los trabajadores estables respecto a los alimentos, Coninagro advirtió la “dificultad” que representa para los productores el “atraso relativo” de sus precios.
“El impacto se observa con mayor intensidad en productos como arroz, vino y yerba mate, donde los costos han aumentado por encima de los precios, afectando la rentabilidad de los productores”, indicó.
Entre los ejemplos que identificó, señaló que “en el último año la papa ha perdido el 40,5% de su valor real, la cebolla el 29% y el arroz 25%”.
En el otro extremo, aumentaron más que la inflación el aceite de girasol (57,7%), el limón (61,4%) y el asado (63,8%).
No obstante, Coninagro confía en un “posible cambio de tendencia”, por entender que “la mejora del poder adquisitivo de los salarios, más temprano que tarde, se está traduciendo en un incremento de la demanda y el consumo de alimentos, beneficiando a las economías regionales”.
