La baja de retenciones suma un desafío fiscal, pero trae dólares
El costo para las cuentas públicas es de entre 0,1% y 0,3% del PBI y se suma al fin del impuesto PAIS. El Gobierno busca aliviar al agro y motorizar el ingreso de divisas
El Gobierno sorprendió con el anuncio de una fuerte baja temporal del 20% para las retenciones en los principales cultivos y una eliminación definitiva de lo que quedaba en las economías regionales. La medida busca ayudar al agro, sector clave para la economía que enfrentaba un duro combo de precios internacionales bajos, retenciones altas y atraso cambiario, y también intenta fomentar el ingreso de divisas, ya que el campo deberá liquidar a los 15 días para acceder al beneficio.
El Gobierno pagará a priori dos costos: una potencial suba de precios de los alimentos, por un lado, y un costo fiscal de entre el 0,1% y el 0,3% del PBI, lo que representa entre la mitad y el total del superávit fiscal del 2024, y lo que se sumará a la baja del impuesto PAIS, ampliando el desafío para las cuentas públicas.
El anuncio lo hicieron el vocero presidencial, Manuel Adorni; el ministro de Economía, Luis Caputo; y el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne. Un comunicado de Industria y Comercio clarificó: "El Gobierno decidió bajar las retenciones de manera temporaria en un 20% hasta el mes de junio, inclusive. La soja (poroto) baja de 33% a 26%, la soja (aceite y harina ), del 31% al 24,5%, el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz pasan del 12% al 9,5% y el girasol del 7% al 5,5%”.
Y agrego: "Para acceder, los productores deberán liquidar a los 15 días de presentada la declaración jurada. También se podrá optar por no utilizar el beneficio y liquidar en plazo normal". Desde Aurum Valores concluyeron. "Bajan retenciones al campo, en parte para beneficiar al productor y en parte para remediar el deterioro de reservas".
El analista financiero Christian Buteler afirmó: "Me parece una buena medida, hay que seguir bajando impuestos. Pero hay que saber que las retenciones, además de tener un fin recaudatorio, también sirve para separar el precio internacional del local". En ese sentido, el director de Análisis Macro de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, dijo: "La presión en precios sería muy acotada., salvo algunos productos alimenticios específicos".
Y agregó: “En marzo, abril y mayo está saliendo la cosecha de maíz y soja, la cosecha gruesa. Hay que ver si después el Gobierno decide extenderlo, porque obviamente se va a anticipar liquidación de exportaciones para pagar las retenciones más bajas y después van a embarcar la mercadería más hacia adelante. Esto calza con el proceso electoral. Pero igualmente la duda es, bueno, si se adelanta todo antes del 31 de junio, ¿qué vas a liquidar del 1 de julio hacia adelante. Y ahí es donde veo que esta baja transitoria puede terminar siendo o hasta fin de año o permanente. En general el ingreso de divisas es hasta agosto, ahora se va a concentrar todo hasta junio”.
Y coincidió la economista de Eco Go, Rocío Bisang. "En principio, el impacto que puede llegar a tener sobre el precio de los alimentos es, de haber alguno, muy marginal. Creo que el foco está en lo fiscal, donde significa una pérdida del 0,1% del PBI".
Al respecto, el exintegrante del Consejo de Asesores del Presidente, y economista de Orlando Ferreres y Asociados, Fausto Spotorno, estimó: "Las retenciones son aproximadamente 1,5% del PBI en materia de recaudación. Esta baja podría costar 0,2% o 0,3% del PBI. Esperemos que se pueda mantener para el segundo semestre".
El director de Analytica, Claudio Caprarulo, señaló que la medida funciona como una devaluación fiscal en la previa al acuerdo con el FMI y previó algo menos de impacto en las cuentas públicas: "Clave que rápido comuniquen oficialmente el cálculo de perdida de ingresos y cómo se compensa. Los USD800 millones de costo estimado representan 0,13% del PBI aproximado. La mitad del superávit financiero del 2024". Efectivamente, el superávit 2014 fue del 0,3% del PBI.
La baja de entre 0,1% y 0,3% del PBI para el fisco se sumará a la contracción del 1,1% del PBI, estimada por el Iaraf, en la recaudación tributaria del 2025 a partir del fin del impuesto PAIS. Según el Presupuesto 2025 el Gobierno apuntaba a recuperar parte de ese sacrificio fiscal justamente con una mayor recaudación por retenciones (del 0,5% del PBI), más presión tributaria vía Ganancias por la recomposición de la cuarta categoría (0,63% del PBI), más aportes a la seguridad social por la reactivación (0,5% del PBI) e impuestos a los combustibles más altos (0,34% del PBI). Con todo ello, proyectaba terminar con una suba de la recaudación del 0,55% del PBI. A priori, sumó un nuevo desafío con la baja de retenciones, aunque el Gobierno ya demostró que está dispuesto a recortar todo tipo de partidas del gasto para garantizar el equilibrio.