La city modera sus expectativas de inflación
Desde que comenzó la pandemia, y el Gobierno disparó el gasto fiscal para intentar sostener los ingresos de empresas y hogares, se espera un salto inflacionario. Por ahora no ocurrió pero la suba de los dólares paralelos, y los potenciales descongelamientos de precios en el horizonte, son una amenaza constante
Los bancos y consultoras de la city esperan que el Indec publique una inflación de 3% en septiembre. Aquellos analistas que la fueron midiendo diariamente esperan una en torno a 2,7%. Los alimentos y bebidas habrían alcanzado cierta calma, pese a que los incrementos de Precios Máximos de agosto tuvieron impacto parcial en el mes posterior. En cambio, los rubros vinculados con la ropa, por el cambio de temporada; con el esparcimiento, por la reapertura de la cuarentena, y con algunos artículos de electrónica, por la suba del dólar paralelo, presionaron al alza.
Habrá que esperar. El Indec publicará el dato de inflación de septiembre el próximo miércoles. La dinámica de precios se encuentra en una suerte de limbo en el que todavía no se observó la aceleración que se viene esperando desde hace varios meses, cuando el BCRA tuvo que incrementar a niveles históricos la emisión monetaria. El traspaso masivo de esos pesos a dólares, en particular los paralelos, con un salto de 73,4% entre el 1 de abril y el viernes 9 de octubre en el Contado Con Liquidación (CCL), genera una expectativa de devaluación y salto inflacionario inevitables.
Las expectativas de los bancos y consultoras de la city fueron publicadas por el BCRA a través del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), de septiembre. Por su parte, aquellas consultoras que se dedican específicamente a seguir la dinámica de precios de alta frecuencia, observaron un número menor: Seido espera una suba de 2,7%, Ecolatina una de 2,6% y Orlando Ferreres y Asociados una de 2,4%.
La diferencia es clave. En agosto el IPC fue de 2,7%. Si en septiembre se ubica bastante por encima de ese nivel, entonces la dinámica de aceleración que se espera para el cierre del año se habrá convertido en una realidad.
El economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, dio un detalle de lo ocurrido en septiembre a partir del IPC que mide diariamente la consultora: "Nos dio muy alto Indumentaria. Y Esparcimiento. En Indumentaria hay un factor estacional, por el cambio de temporada. Lo que estuvo calmo fueron los alimentos y bebidas, que subieron 1,8%, y eso es una buena noticia, pensando en el bolsillo de los más desprotegidos. El descongelamiento de los combustibles algo de presión agrego. Incluso el descongelamiento de Precios Máximos de agosto. Una parte también pego en septiembre. Y, además, algunas importaciones estan empezando a hacerse a partir del dólar paralelo. Y eso ya se ve en los precios de algunos artículos electrónicos y en el equipamiento del hogar, que están subiendo rápido".
Desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) la ven algo más alta, en torno a 3,1%, con los alimentos presionando a partir de una suba de 3%, con cierto efecto residual de las subas de combustibles y un impacto de los medicamentos, que en sus estimaciones impactó con un incremento de 4,6%.
La expectativa es que haya aceleración en el último trimestre. Aunque hasta hace poco se esperaba un salto importante ya para septiembre. En mayo, la proyección del REM marcaba un 4% para el mes que acaba de cerrar y se esperaba que el 2020 terminara con una inflación de 42,7%. En ese limbo, lo que ocurra con paritarias, con el dólar en todas sus versiones y con los precios regulados, una vez que se descongelen los que siguen parados por la pandemia.
Desde entonces los bancos y consultoras fueron corrigiendo de a poco hasta llegar al 3% último, que en el caso del IPC 2020 bajó hasta 36,5%. Se tratará de la inflación más baja desde 2017, tras el 47,6% del 2018 y el 53,8% del 2019. Eso sí: esperan que el gran impacto de la dinámica del dólar se termine trasladando a un salto de precios en el mediano plazo. Por eso para los próximos 12 meses proyectan una inflación de 49,7% y para el 2021 otra de 46,9%.
Y eso de la mano con una depreciación relativamente contenida del dólar oficial, a la sombra de las señales que vienen dando los paralelos, con el blue saltando desbocado 5,6% en la jornada del viernes. De hecho, esperan que el oficial termine en $84 en 2020, lo que implicaría una devaluación contenida por el BCRA, en torno al 3,3% mensual, lo que volvería a la tasa de interés claramente negativa (las decisiones recientes de la autoridad monetaria parecen indicar que quedara en 2,7%).
Eso sí: en octubre lo prevén subiendo apenas 1,5% pero la dinámica se aceleraría hacia fin de año, con una devaluación de 4,6% en diciembre. Para el 2021 esperan una depreciación extra de 42,7%. Con todo, implicaría un atraso cambiario de 4,6%.