Los representantes de la Asociación Agrícola Ganadera reclamaron soluciones urgentes a la gobernación de La Pampa frente al avance de la inseguridad rural, En los dos últimos años la cacería furtiva y el abigeato han hecho estragos, con alto impacto en la economía local de la actividad, sin que las autoridades provinciales acercaran un plan de acción.

La entidad emitió un comunicado, en el cual expresó el descontento y la preocupación de sus miembros respecto del panorama y plantearon que  "la inseguridad y la falta de atención por parte de las autoridades locales nos agrega un problema al cual no estábamos y no debemos acostumbrarnos".

Al mismo tiempo, remarcó que "los niveles actuales de delitos, sumando el daño y malicia con el cual son llevados adelante los eventos delictivos, nos impulsa a solicitar un urgente cambio en las formas de atender los sucesos de inseguridad rural. Debemos recordar que nuestros planteos no son nuevos". En este sentido, reconocieron que los dirigentes provinciales están al tanto del estado de situación, gracias a las diferentes reuniones que mantuvieron con los damnificados. 

Los hechos delictivos que se suceden en forma cada vez más frecuente se vinculan con el robo de ganado, su faenamiento en el acto, y la rotura del alambrado perimetral que implican ambos fines, como asimismo el ingreso de cazadores furtivos, acompañados por perros, que también lastiman a terneros y a ovejas. Es decir que los daños son inmensos, y en ese contexto Marcelo Rodríguez, titular de la institución, reconoció que "si esto no se detiene las consecuencias serán muy graves, porque vamos a terminar en un enfrentamiento entre ganaderos y ladrones o cazadores".

Justamente refiriéndose a ello, Rodríguez expresó que "debemos convivir con la caza, pero para eso esta tiene que ser organizada". Puesto que, según el referente agrícola ganadero, dicha práctica se ha generalizado con fines comerciales, lo cual atenta con ciertas normas sanitarias dado que las partes extraídas al animal, por faenamiento, como cuarto trasero, el lomo y las paletas, se venden en el mercado sin control alguno.

Estos hechos de abigeato disfrazados de cacería son frecuentes en el período permitido para esa actividad, que se extiende entre marzo y agosto, y principalmente tiene lugar en las zonas rurales más próximas a las grandes ciudades de La Pampa, como Santa Rosa, General Pico y General Acha. Frente a semejante odisea, la Asociación Agrícola Ganadera dijo "basta" y le dio un ultimátum al gobierno pampeano.