FMI

Mercado prevé rojo de 3,1% del PBI y hubo nueva maniobra contable

El REM del BCRA reflejó que los analistas y bancos de la city proyectan un déficit primario por encima de la meta fiscal de 2,5% del PBI. Además, y en la misma línea, el Tesoro le vendió parte de los DEG del Fondo al Central, para aliviar la meta monetaria, que se encaminaba al incumplimiento. La aceleración del gasto complica a la dinámica de la emisión

mcortiz

Si para el Gobierno el nuevo ancla de la dinámica nominal es el acuerdo con el FMI, las novedades recientes muestran algunas complicaciones. Por un lado, el Ministerio de Economía volvió a aplicar contabilidad creativa para lograr una renovada holgadez en la meta de emisión monetaria, que estaba al borde del incumplimiento. Así, cuando sólo le quedaban $58.000 millones para emitir hasta fines de junio, ahora lo expandió hasta $380.449 millones. Por otro lado, el mercado sigue proyectando que el déficit primario llegará al 3,1% del PBI durante 2022, por arriba de la meta de 2,5%.

Ambas metas, la monetaria y la fiscal están fuertemente unidas. Es el rojo primario, a partir de unos gastos que en el primer cuatrimestre crecieron en torno al 13% interanual y unos ingresos que lo hicieron al 3%, el que fuerza al Gobierno a apelar a la emisión monetaria para financiar ese gap. Eso, una vez que el Tesoro cae en un financiamiento neto negativo, tal como ocurrió en abril, cuando el rollover abandonó el 150% de promedio del primer trimestre para caer en uno de 90%. Luego en mayo retornó al 109%, por debajo del 125% necesario para cumplir con el FMI. 

Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), publicado en forma mensual por el BCRA a través de una consulta a 41 economistas y bancos de la city, lo que se espera para el rojo primario es que llegue a $2.207 millones. Así, el mercado proyecta un rojo primario de 3,1% del PBI. Para cumplir la meta de 2,5% planteada por el Memorando firmado con el FMI, el déficit total del 2022 deberá llegar a recortar hasta $1.785 millones.

Por el lado fiscal, entre enero y abril, el crecimiento del gasto fue de 13,3% real anual y llegó a 18,6% en abril. Los ingresos treparon 3%. El dato de recaudación de mayo ya se conoció y mostró un avance de 12% real, ya más en línea con los gastos, cuyos números de mayo aun no se conocen. Pero, teniendo en cuenta que durante el mes pasado se aplicaron los bonos a jubilados y trabajadores informales, cabe esperar una nueva aceleración que dejará a ese 12% nuevamente retrasado.

Desde Equilibra proyectaron: "Luego del anuncio de un paquete de ayuda económica por 0,4 puntos del PBI para el segundo trimestre, y tras conocerse el fuerte dinamismo del gasto en los primeros tres meses del año, ajustamos al alza nuestra proyección de gasto primario para 2022, desde 20,5% a 21,2% del PBI".

Y desde Portfolio Personal agregaron: "Estas velocidades no convergentes de ingresos y gastos conspiran contra la meta fiscal acordada con el FMI. El mercado ya está parado en un incumplimiento con estimaciones de déficit primario que ya oscilan en el rango 3 – 3,5%, por encima del 2,5% establecido en el acuerdo con el organismo".  

El mayor rojo primario exigirá más emisión por parte del BCRA, que ahora se otorgó un mayor margen y pasó de 1% del PBI a 1,8% para financiar al Tesoro. Ecolatina destacó que la maniobra con los DEG, que consistió en que el Tesoro le vendiera al Central el equivalente a $322.449 millones, apelando otra vez a la contabilidad creativa, llegó antes de lo esperado ya que lo exigente en materia de gasto público llega en la última parte del año, lo que denota que "la trayectoria fiscal está resultando más ardua que lo esperado". 

Y calcularon qué tan complejo puede ser lo que viene: "Entre 2004 y 2021 el promedio de la Asistencia Monetaria acumulada en los primeros cinco meses del año no llegó a cubrir el 30% del total del año, lo que nos indica que generalmente en los últimos 7 meses del año el Tesoro le solicita al BCRA más del doble de lo solicitado hasta mayo".

Para el ministro de Economía, Martín Guzmán, con la obligación de no permitir atrasar el dólar por segundo año consecutivo más la necesidad de ajustar las tarifas de electricidad y gas, en paralelo a la exigencia social de que no haya una nueva contracción del salario real, el ancla nominal esta vez lo pone el acuerdo con el FMI. En ese sentido, se destaca que es el cumplimiento de las metas el que garantiza que las divisas del Fondo lleguen.

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