Mercosur y EFTA firman acuerdo de libre comercio el 16 de septiembre
El bloque sudamericano tendrá mayor inserción de productos y materias primas en Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein
Luego de haber alcanzado un acuerdo informal en julio, el Mercosur y los países de la EFTA (Islandia, el Principado de Liechtenstein, Noruega y Suiza) firmarán el próximo 16 de septiembre en Brasilia el esperado Tratado de Libre Comercio (TLC).
Si bien se aguardaba una firma con EFTA posterior a un acuerdo con la Unión Europea, el Mercosur logró el consenso con este bloque minoritario y ahora los parlamentos de cada nación deberán dar el visto bueno para que las fronteras comerciales se amplíen, señalaron fuentes oficiales a BAE Negocios.
En esta dirección, desde Casa Rosada afirmaron que no se sabe cuál será la fecha de entrada en vigencia ya que cada parlamento tendrá su propia dinámica de revisión, tanto en Mercosur como en EFTA.
El fin de las negociaciones envía una señal política a las naciones que deben ratificar el “gran acuerdo”. Es decir, el Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y el conjunto de los 27 Estados de la Unión Europea (UE). Aunque aceptado formalmente en diciembre de 2024, el mismo transita la fase de debate parlamentario en los dos bloques.
Lo negociado entre el Mercosur y EFTA aparece, así, como un nuevo globo de ensayo de toda la negociación entre América del Sur y Europa, la cual es criticada por organizaciones campesinas y sindicales, así como por Organismos No Gubernamentales ambientalistas y de la cooperación con el desarrollo.
300 millones
El Tratado de Libre Comercio Mercosur–EFTA se propone crear un área de libre comercio de millones de personas. Según un comunicado reciente del Mercosur, ambos lados se beneficiarán de mejoras de acceso a los mercados para más del 97% de sus exportaciones, lo que se traducirá en un incremento del comercio bilateral y ventajas para empresas e individuos.
Su meta es abarcar prácticamente todas las áreas. Regirá el comercio de bienes, servicios, inversiones, derechos de propiedad intelectual, compras públicas, competencia, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos al comercio, asuntos legales y horizontales, incluyendo la resolución de controversias. Incorpora también un capítulo de comercio y desarrollo sostenible que las voces críticas consideran formal e insuficiente (https://www.mercosur.int/comunicadomercosurefta/).
Suiza, uno de los países más interesados en concretar el Tratado, exhibe cifras muy positivas. En 2024, las exportaciones helvéticas a los países del Mercosur ascendieron a 4.900 millones de dólares, mientras que sus importaciones, sin contar el comercio del oro, fueron cinco veces menores.
Si bien el balance comercial ya le resultaba muy positivo a la Confederación Helvética, a partir de este nuevo acuerdo –y según sus propios cálculos iniciales— casi 95% de sus exportaciones a los países del Mercosur quedaría completamente exento de aranceles. Por su parte, Suiza le otorgaría al Mercosur veinticinco cuotas bilaterales de productos agrícolas sensibles, es decir, se comprometería a importar una determinada cantidad de bienes de su contraparte latinoamericana. Berna le reaseguró a su ciudadanía que estas cuotas de importación “son sostenibles para la agricultura suiza”.