El recorte en los subsidios económicos previsto para 2026 será el más leve de la Presidencia de Javier Milei en cuanto a porcentaje en términos reales y por primera vez en la gestión presentará incrementos en algunos sectores, de acuerdo con lo detallado en el proyecto de ley de Presupuesto presentado el 15 de septiembre.

La atenuación de la reducción puede sorprender por tratarse de un año en el que no se llevarán a cabo elecciones nacionales y, en consecuencia, no existirá la conveniencia política de evitar un traslado a las tarifas de servicios públicos, pero se explica tanto por el hecho de que el grueso de los recortes ya se aplicó y a que la desaceleración de la inflación también neutraliza los efectos de una licuación real del gasto.

 

De acuerdo con el análisis del proyecto de ley realizado por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP),  el total de subsidios que se destinará a sectores económicos y empresas públicas ascenderá en 2026 a $6.240.752 millones, un 2,63% más que en 2025 en términos nominales pero, ajustado por inflación, una disminución del 9,9%.

Ese recorte pasaría a ser el menor el término porcentuales de la era Milei, que acumulará descensos del 48,9% entre 2024 y 2026 y del 65,9% desde el inicio de su Presidencia, siempre a valores constantes.

 

Energía y Transporte, dos realidades diferentes

 

Pero los datos del proyecto de Presupuesto 2026 aportan un cambio sustancial en la política de subsidios del Gobierno de Milei, caracterizada desde su inicio por su reducción en todos los frentes: por primera vez, habrá una suba real (y desde ya también nominal) en los recursos destinados para el Transporte, tanto en lo referido al público automotor de pasajeros como al servicio de trenes suburbanos.

En el caso de los subsidios energéticos, la reducción continúa, aunque con porcentajes menores a los de 2024 y 2025.

El grueso del recorte se concentra en las transferencias a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), con un recorte real interanual del 19,1%.

Esos subsidios se destinan a las generadoras de energía eléctrica y, en cuanto a su impacto en la realidad cotidiana, se concentra en las tarifas de los servicios de distribución eléctrica.

 

Colectivos y trenes

 

Otra realidad se verá en el sector de Transporte, que tendrá un incremento real interanual del 1,4%, con crecimientos del 0,5% en el subsector automotor  (subsidios a tarifas de colectivos) y del 2% en el ferroviario.

En este último caso, sobresale el incremento a valores constantes del 67,1% en las partidas correspondientes a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias, en el marco de la emergencia del sector y con el propósito de dejarlo en mejores condiciones que las actuales para su licitación por la modalidad de concesión.

Por primera vez en 24 años, las empresas públicas que no forman parte de Energía ni de Transporte, no serán beneficiadas con subsidios, ya que no se prevén transferencias para AySA ni para el Correo Argentino.

 

Una relación que cambió

 

Los sectores de Energía y Transporte fueron los principales demandantes de subsidios desde que en 2002 comenzaron a aplicarse de manera continua y en 2026 pasarán a ser los únicos, pero la proporción dentro del total fue variando en los últimos años, debido a una reducción mayor en el primer caso.

En ese sentido, en 2023 los recursos destinados a Energía fueron un 158,26% más que los girados a Transporte, en 2024 esa diferencia se redujo al 153,40% para caer al 100,16% en 2025, estimándose que para el año próximo se ubicará en el 72,91%.