Por la devaluación y el ajuste fiscal, la actividad cierra el año con proyección negativa
La inestabilidad propia del cambio de gobierno y la caída del salario real provocarán un mayor resentimiento de la actividad económica, según estimaciones privadas
Como antesala a un cierre del 2023 con un PBI en valores negativos, la actividad económica se contrajo en noviembre un 0,6% respecto de octubre, según estimaciones privadas. De este modo, registró una caída del 1,8% interanual y una baja acumulada del 1,4%. Hacia lo que viene, analistas esperan una mayor recesión producto de la devaluación, ajuste fiscal, caída real del salario y aceleración inflacionaria. "Estamos a las puertas de un cambio drástico de modelo productivo, transicionando de un esquema proteccionista a uno abierto", advirtieron respecto del nuevo régimen de importaciones.
"La actividad económica llega al último tramo del año con tendencia contractiva", sintetizó el Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres & Asociados (OJF). El informe, publicado un mes antes de conocerse el EMAE de noviembre, reveló para ese mes una merma de 0,6%, la tercera caída consecutiva, mientras que la medición acumulada del año mostró una baja de 1,4%.
"Mirando hacia adelante, el panorama comienza a aclararse, aunque la perspectiva a mediano plazo es compleja. Estamos a las puertas de un cambio drástico de modelo productivo, transicionando de un esquema proteccionista a uno abierto", destacó el estudio.
Al respecto, aclaró que "aun en el caso de que se tomen medidas paliativas efectivas y que el modelo que se está imponiendo resulte exitoso", se puede "esperar tensiones en algunos sectores de la economía, particularmente en los sectores más dependientes del proteccionismo del Estado".
En diciembre, el gobierno de Javier Milei avanzó en la devaluación del 54% del dólar oficial junto a un programa de shock, que tendrá su correspondiente impacto en la aceleración inflacionaria, caída del salario real y desplome de la actividad, sobre todo por el encarecimiento de los costos, mientras que el ajuste por la suba de tarifas frente a la baja de subsidios también impactará en ese sentido. El resto del recorte del gasto público sumará a la baja de la demanda agregada, con similar carácter recesivo.
Sin embargo, la recuperación que mostró el agro luego de la sequía puede funcionar como un aliciente en 2024 para que la caída del PBI no sea tan brusca. Acorde al EMAE de octubre, último dato oficial, el sector creció un 2,3% anual, a pesar de que acumuló una caída anual del 24%. Para la consultora LCG, "este hecho puede tomarse como un indicio de que el sector va a continuar recuperándose después de la fuerte sequía en el 2023". OJF calculó que el agro fue la rama de mayor crecimiento durante noviembre, anotando un avance de 8,9%.
Por su parte, LCG proyectó para noviembre y diciembre "un mayor resentimiento de la actividad, por la inestabilidad propia del cambio de gobierno y la caída del salario real", con una baja del 1,1% del PBI para todo el año.
"El adelantamiento del consumo como mecanismo de cobertura ante saltos en los precios y/o tipo de cambio ha funcionado como amortiguador de la actividad. Asimismo, la recuperación paulatina del sector agro ha contribuido a que la actividad se contraiga menos. Desde el lado de la oferta, la disponibilidad de divisas para importaciones continuará condicionando la actividad de la industria y el comercio", analizó la consultora.