Casi la mitad de los argentinos sufre burnout
El 41% de las personas presenta síntomas de agotamiento laboral y le resulta difícil relajarse después del trabajo. Los CEO y las mujeres presentan niveles más altos
Cansancio extremo, frustración, sentimientos de negativismo, cinismo o distanciamiento del trabajo, falta de creatividad, de capacidad para concentrarse e ineficacia en las tareas son algunos de los síntomas con los que habitualmente se describe al síndrome de Burnout o Síndrome de Agotamiento laboral, una condición que fue incluida este año en el listado de dolencias de la OMS.
Casi la mitad de los argentinos sufre este estrés crónico. Así lo indica el Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21, única institución en medir el Índice de bienestar emocional y estrés en trabajadores argentinos, que identificó que el 41% de las personas presenta signos ligados al síndrome de Burnout.
Más dificultad para recuperarse en las mujeres porque siguen haciendo tareas tras el trabajo
Este sondeo fue realizado por primera vez en 2016 y sus resultados sorprendieron mucho. En 2017 se se decidió desarrollar este índice pionero, un instrumento similar a los que se usan a nivel internacional. Entre 2018 y 2019, registró un crecimiento de 2 puntos en todas sus dimensiones.
Respecto a esta suba, el Dr. Leonardo Medrano, Secretario de investigación del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la universidad, explicó a BAE Negocios: “Es un factor que no está predeterminado.Es un fenómeno perceptivo. Se da cuando las personas sienten que tienen más demandas que recursos para responder a ellas. El aumento no sé si es atribuible a un factor nuevo pero si a no haber activado mecanismos para prevenirlo y gestionar de alguna forma este fenómeno”. En ese sentido, destacó la importancia de desarrollar capacidades socioemocionales para aprender a recuperarse después de una jornada de trabajo.
Y destacó: “Si no se ponen en marcha recursos tanto personales como institucionales para hacerle frente va empeorando. La situación económica es un factor que estresa pero, además, los trabajos son cada vez más demandantes en todo el mundo”.
Los números reflejan que el 41% de los trabajadores indica que “siempre o casi siempre” le resulta difícil relajarse después del trabajo, mientras que el 32% muestra claros signos de desmotivación.
Las fases
Muchas veces se generan pensamientos rumiantes y repetitivos por el estrés y eso dificulta la posibilidad de recuperarnos, generando agotamiento crónico. Según puntualizó el académico, se identifican tres fases progresivas: una de estrés agudo (donde la persona está más acelerada y tensionada), una de agotamiento (sin energía) y la última de cinismo (se pierde incentivo por el trabajo, se deja de disfrutarlo y lo ve poco significativo). “Tener estas fases duplica la probabilidad de tener trastornos mentales como la depresión”, indicó Medrano.
Y agregó: “Lo primero es tomar conciencia de que la salud mental es un recurso estratégico. Se observa que los trabajadores en un estado de estrés crónico no pueden afrontar las demandas laborales, se vuelven menos productivos”.
Según los datos del relevamiento, el 20% de los argentinos se siente cada vez menos involucrado con su trabajo, el 21.4% duda que su desempeño contribuya en algo interesante y el 20.2% considera que ha perdido interés.
El 21,4% duda de que su desempeño contribuya en algo interesante y el 20% perdió interés
Las mujeres son más propensas a experimentar el Burnout (13% versus 7% en hombres). El estudio explica esta variable por la dificultad de las mujeres de recuperarse emocionalmente luego del trabajo ya que, en general, continúan ejerciendo tareas laborales fuera de horario.
Con respecto a la comparación según generaciones, se observó que el alto nivel de agotamiento aumentó del 2018 al 2019 entre los millennials y la generación X. “No tener dinero es un estresor pero tener dinero no te protege”, dice Medrano. Los gerentes generales fueron el puesto con mayor nivel de agotamiento: el 33% obtuvo valores altos.
“El bienestar es un pre requisito en el desarrollo del talento”, advirtió el especialista.