La fuente más grande del mundo y el negocio de construir récords

Con más de 1.300 metros cuadrados y 7.500 boquillas, este espectáculo de agua y luz es un caso de estudio sobre el marketing de destinos y el debate sobre el uso de recursos en proyectos de lujo.

BAE Negocios

La "Palm Fountain" de Dubái batió el récord de la fuente más grande del mundo. Su construcción es un símbolo de la estrategia de la ciudad para atraer turismo a través de mega atracciones y proezas de la ingeniería.

En una ciudad conocida por su obsesión con los récords mundiales, ha surgido una nueva maravilla. La "Palm Fountain", ubicada en The Pointe, en la icónica isla Palm Jumeirah de Dubái, fue certificada por Guinness World Records como la fuente más grande del planeta. Este espectáculo de ingeniería es capaz de lanzar agua a más de 100 metros de altura, iluminada por 3.000 luces LED y sincronizada con música.

El proyecto es la última incorporación a la cartera de atracciones de Dubái, que incluye el edificio más alto y el centro comercial más grande del mundo. Su propósito no es solo estético, sino fundamentalmente económico: atraer multitudes y generar consumo en los restaurantes y tiendas de sus alrededores.

 

La ingeniería detrás del espectáculo

Construir una fuente de esta magnitud, especialmente en agua salada, es un desafío técnico considerable. Los ingenieros tuvieron que desarrollar:

  • Sistemas de bombeo de alta eficiencia: Capaces de mover miles de litros de agua por minuto.
  • Tecnología de filtración avanzada: Para permitir el uso de agua de mar sin corroer los equipos.
  • Software de coreografía complejo: Para sincronizar perfectamente los chorros de agua, las luces y la música.
El modelo de “turismo de récords”

La estrategia de Dubái es un claro ejemplo de "turismo de récords" o destination marketing. Analistas de la industria turística señalan que la ciudad utiliza los récords Guinness como una herramienta de relaciones públicas de alcance global. Cada nuevo récord genera una ola de cobertura mediática que:

  • Refuerza la imagen de marca de la ciudad: Asociándola con la innovación, el lujo y lo espectacular.
  • Crea un "efecto llamada": Anima a los turistas a visitar la ciudad para ver la "más grande" o la "más alta" del mundo.
  • Impulsa la economía local: Las atracciones están estratégicamente ubicadas en centros comerciales o distritos de entretenimiento para maximizar el gasto de los visitantes.

Este modelo de negocio, sin embargo, también genera debate sobre la sostenibilidad y el uso de recursos (agua y energía) en una de las regiones más áridas del planeta. La Palm Fountain es, por tanto, un monumento de doble cara: un triunfo del marketing y la ingeniería, y un símbolo de los excesos en la carrera por ser el mejor del mundo.

Esta nota habla de: