Bertolucci: adiós al cineasta de lo íntimo y lo espectacular
El director italiano falleció en Roma a los 77 años
Bernardo Bertolucci, uno de los grandes nombres del cine de los últimos cincuenta años, falleció en Roma a los 77 años, producto de un cáncer. En los últimos años, su nombre se vio ligado a la controversia por el rodaje de Último tango en París, donde la actriz María Schneider dijo haber sufrido abusos durante el rodaje (incluso violación lisa y llana). Es motivo para la controversia, como también el hecho de si tal cosa invalida su obra.
Respecto de esta, es poco extensa en cantidad de largometrajes, pero -salvo en los últimos años- muy festejada. El estilo de Bertolucci combina las herramientas más fuertes del gran espectáculo con una introspección absoluta de los personajes. Paradójicamente, aunque su formación es marxista, apuesta a cierta trascendencia a veces atávica que solo aparece en su verdadera dimensión cuando apuesta a lo épico o al melodrama exacerbado. Es lo que sucede con el díptico Novecento, enorme epopeya protagonizada por Robert De Niro y Gerard Depardieu; con la filosa El conformista, sobre las entretelas del fascismo; con La Luna, un filme sobre el incesto que va más allá de ese tema, y -esencial- El último emperador, película que además tiene como tema el propio espectáculo como vehículo de ideas.
En los últimos años, Bertolucci fue retirándose cada vez más y sus últimas películas, después de la compleja Refugio para el amor, sobre The Sheltering Sky de Paul Bowles, juegan sobre las relaciones en sitios cerrados, el amor y el sexo como metáforas de la comunicación y el aislamiento. Pasa en Los soñadores, Cautivos del amor o su última película, Tú y yo, una versión juvenil y "soft" de las angustias de Último tango en París. Fue importante; su obra queda.