China toma ventaja y apuesta al mercado de cine global

Tencent, valuada en u$ 700.000 millones, anunció inversión en películas para salas más allá del territorio chino. Apuesta a tanques como las secuelas de Top Gun y Venom, mientras el mercado chino recupera la actividad a pasos agigantados.

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Otra vez, la noticia es China. El gigante de las comunicaciones, los juegos y el audiovisual Tencent (capitalizada en más de u$ 700.000 millones) anunció proyectos para el futuro post-pandemia. Es uno de los mayores jugadores en el enorme mercado de cine chino, pero los planes que muestra tienden a otra cosa: salir de su país y apuntar a un mercado mucho más global. Tencent hace tiempo viene invirtiendo en las películas de alto presupuesto de Hollywood, y entre los filmes de alto perfil que quedaron a la espera de mejores condiciones para la exhibición figura la remake del clásico de 1986 Top Gun, Maverick, protagonizado como el original por Tom Cruise. Que se estrenará -se espera- a principios de julio, al mismo tiempo que la misma Tencent lance en China el espectáculo histórico-patriótico 1921.

La lista que comenta Variety en una nota dedicada al tema es fuerte. Incluye la participación en Venom: Carnage, la secuela del éxito sorpresa de Sony de 2018, que recaudó en China u$ 269 millones contra u$ 214 millones en los EE.UU. Más otros proyectos animados con mira internacional y participación de productoras como Legendary Pictures, jugador de Hollywood. 

Esto sucede por varias razones. En principio, mientras que en el resto del mundo reina la incertidumbre, en China la exhibición ha tenido un rebote extraordinario y casi ha alcanzado el nivel de recaudación pre-pandemia. Eso implica que la industria se mueve: más espectadores implica la necesidad de más películas y un regreso rápido a la producción. Por otro lado, hay pocas restricciones -más allá de lógicos protocolos sanitarios- para producir, lo que le da una ventaja competitiva importante respecto de, por ejemplo de ejemplos, Hollywood. Y China es, aun con protestas importantes como las de Hong Kong, un país relativamente estable. Es obvio que, ante las barrosas aguas de la pandemia, muchos productores internacionales (nuevamente: léase "Hollywood") se vean tentados a apoyar producción internacional con capitales chinos.

Es el primer paso. El segundo consiste en conseguir que, además de las películas de perfil internacional, otras primeramente dedicadas al mercado local tengan distribución internacional. Las primeras deberían funcionar, a largo plazo, como vectores de la segunda. Lo que queda claro es que, cuando terminen los confinamientos, habrá un replanteo del mapa audiovisual con una presencia china cada vez más fuerte. El polo cinematográfico, probablemente, cruce el Pacífico, si no las poéticas ni las formas.

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