A su propio riesgo

Estrenos en el cine: espías, chicas lindas y pelados a las patadas

No es una mala semana para probar ir al cine, amigos: el amante de la acción tiene a Jason Statham a las piñas; el que quiera “una de suspenso” triene un thriller de espionaje con elenco inmejorable, y quien busca cine más “de autor” (ay, esa palabrit…), tiene la última joyita de Paolo Sorrentino. También tienen un drama sobre superación, si le hace falta. A ver qué eligen.

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Varios estrenos interesantes para quienes todavía se animan a pagar una entrada en los cines (ojalá haya más, en serio: nada es mejor que ver las películas en el cine). Hay nombres conocidos, además, así que tienen bastantes elementos como para elegir a qué le apuestan. Y diferentes géneros. Es cierto que no hay niguna obra maestra ni nada por el estilo, pero no implica que no se la pueda pasar bien.

La película más importante es Código negro, de Steven Soderbergh, del que todavía tenemos en cartel Presencia. Si esta es de terror, aquella es un thriller de espías con elenco importante (Cate Blanchett, Michael Fassbender, Pierce Brosnan), que narra la historia de un matrimonio de agentes. Ella es acusada de traición, él trata de salvarla, y como siempre en estos casos nadie sabe quién es quién. Funcionar, funciona, los actores están bien, los vericuetos de estos seres extraños de los que uno nunca sabe bien nada son buen recurso para narrar y el suspenso es justo. En realidad no hay mucho más que eso, incluso si Soderbergh trata, de hecho y en realidad, sobre cómo funciona una pareja.

En el extremo opuesto del espectro, tenemos a don Jason Statham, el pelado más simpático del cine, en una digna clase B (sí, es una “clase B”, esas películas que giran alrededor de los géneros y ciertos lugares comunes, pero no carecen de calidad) llamada Rescate Implacable (todo es “implacable” para los tituladores argentos de las películas de acción, qué le vamos a hacer). Es un obrero de la construcción que sale a rescatar a la hija de un amigo de una red de trata. Por supuesto, es un ex marine, el tipo de personaje que vino a suplantar al “veterano de Vietnam” de los ochenta. Aunque el realizador David Ayer tiene la imaginación de una ameba, el señor Statham y secundarios como David Harbour le ponen pimienta y sal (que no azúcar) a una trama previsible.

Ahora bien, si están con ganas de salir pensando que la Humanidad tiene chances, ahí está Sing Sing. Adivinen: si un hombre encarcelado por un crimen que no cometió hace 20 años planeaba una fuga o peleaba en los tribunales, hoy organiza una obra de teatro o una orquesta para redimir a los presos. Acá es la variante “teatro”: Sí, bueno, está bien: de ningún modo el espectador la va a pasar mal aunque dos o tres golpes bajos están puestos para que no olvidemos que estamos en una cárcel. Se basa sobre una historia real y está realmente bien Colman Domingo. De las que la tía Amelia decía “qué linda película”.

Y por último, hay una más “de autor”, aunque no tan buena como otras del mismo señor, Paolo Sorrentino. Uo de los temas del realizador italiano es Nápoles, sus bellezas, costumbres, taras e historias. En Parthenope-Los amores de Nápoles, siguiendo por décadas a una bella señorita que quiere ir más allá de lo que el mundo le permite (e incluso con un giro casi fantástico) nos muestra varias décadas en la tierra que adora a Maradona (de hecho, la anterior película “napolitana" del director es Fue la mano de Dios). Muy bella visualmente y despareja en lo narrativo. Pero en conjunto, prevalece lo bello. Trabaja, de paso, Gary Oldman, que cuando está bien le sube tres puntos a cualquier cosa.

Sepa el pueblo mirar; hasta la semana que viene.

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