Gran pantalla chica
Panorama infrecuente de la melancolía, con Will Smith
Soy Leyenda, la novela clásica de ese recurso natural de la ciencia ficción que fue el gran Richard Matheson, fue llevada un par de veces al cine. La mejor versión es, también y quizás, la menos fi el. La historia es la del último hombre en la Tierra luego de que la Humanidad se convirtiera al vampirismo por una rara enfermedad. La inversión, que en el original servía para la sátira, aquí funciona para subrayar la soledad del personaje central, interpretado por Will Smith. Lo interesante de esta película notable es su mezcla de aventuras, terror y una profunda melancolía, poco frecuente en el cine de gran presupuesto actual. Sábado, 22, TNT.
La muerte le sienta bien
En plena tiranía de la corrección política, esta sátira muy ácida sobre hombres, mujeres, la juventud, la imagen y el espectáculo refresca el cerebro. Más allá de la dirección de Robert Zemeckis con hermosos momentos de humor de cartoon (la pelea entre la dos protagonistas), más allá del timing perfecto de un Bruce Willis en estado de gracia, más allá de la breve participación genial de Sidney Pollack, vean cantar y bailar mal y a propósito a la monumental Meryl Streep. Solo por eso la película merece mil Oscars (que nadie le dio). Anduvo mal en taquilla y se convirtió en un clásico eterno. Viernes a las 22 por FXM.
El conjuro 2
Lo dijimos varias veces en este espacio y no está de más repetirlo: El Conjuro 2 es una obra maestra y es, además, uno de los filmes más tiernos de los últimos años y sin dejar de ser una película de terror. Una madre trabajadora de un barrio pobre de Londres se enfrenta a la probable posesión diabólica de una de sus hijas. Pero ese es el punto de partida para un cuento de Navidad con elementos terroríficos, un retrato social extraordinario y una historia de amor maduro (del matrimonio de investigadores) notable. Joya inclasifi cable más allá del género, va el jueves a las 22 por HBO Plus.
El lado luminoso de la vida
Gran comedia de David O. Russell, la película que le dio el Oscar a Jennifer Lawrence, la que instaló como estrella, de modo definitivo, a Bradley Cooper. Y, sobre todo, una película que incluso siguiendo recetas -en este caso todas las asociadas al amor entre dos tipos marginados-, rompe moldes y crea una enorme empatía entre los personajes y el espectador. No hay un momento en el que sintamos esa tensión incómoda que generan los filmes de este género, y el humor -incluso en momentos terribles- aparece limpio. Imperdible, mañana a las 22 por FXM.