Uno de los indicios más claros de que el año ya pasó es que comenzaron a aparecer notas sobre los premios Oscar, que recién van a entregarse en marzo de 2024. Es cierto: en la Argentina la próxima semana es un futuro incierto, pero para una industria que planifica cada movimiento con hasta años de antelación como la de Hollywood, marzo está a la vuelta de la esquina. Y una de las consecuencias del "Barbenheimer" consiste en que ya los estudios que lanzaron ambas películas (contendientes seguras para los próximos premios de la Academia) están tanteando la campaña.

Antes que nada, la campaña por las nominaciones comienza en octubre. Pero planear cómo y en qué categorías se propondrán las películas es algo que se hace ahora. Luego vendrá el posicionamiento, tratar de convencer a los votantes, etcétera. Hay algo más: en la medida en que las huelgas de actores y guionistas prosigan, también hay poco "evento" del que hablar y, por consiguiente, menos posibilidades de atención positiva sobre la industria y sus productos. Dicho de otro modo, la acción sindical adelantó un poco esta discusión.

Aquí citamos mucho Variety, no sólo por la cantidad de información del sector que provee sino porque es un gran termómetro (a veces interesado) sobre la industria desde hace más de cien años. Y allí aparecieron dos notas: la primera se pregunta si Oppenheimer finalmente le dará el Oscar de dirección a Christopher Nolan y los de actuación a Cillian Murphy y -sobre todo, y seguramente esta sea la gran campaña de la película- a Robert Downey Jr. Ya pueden prepararse para ver muchísimas entrevistas a los tres personajes. Las nominaciones son casi seguras... un semestre antes de los premios.

En el caso de Barbie, donde seguramente se propongan a Greta Gerwig como directora y a Margot Robbie como actriz, el problema es en qué categoría "anotar" al guión. Porque por un lado es una historia original (coescrita por Gerwig y su pareja, otro negado a los Oscar, Noah Baumbach) pero al mismo tiempo la película está basada en material previamente publicado. O sea, la muñeca y cierta "protonarrativa" alrededor de los muñecos en general, creada por la publicidad en sesenta años. Justamente, el guión es importante para esta película.

Es decir: a falta de, todavía, proyectos grandes que comiencen a mover la "temporada seria" de Hollywood (esa que comienza cuando termina el verano y se acaban los grandes entretenimientos familiares), y en medio de una crisis empresario-sindical, se habla ya de las nominaciones. Quizás para conservar, todo lo posible, el "momento" ganador de Barbie y Oppenheimer, hoy por hoy los únicos salvavidas en las salas de cine.