Martín Fierro digitales 2024: premios aún entre la máxima novedad y la conocida tradición
Los Martín Fierro digitales de 2024 significaron un avance respecto del reconocimiento del ecosistema que proviene de Internet, con galardonados famosos desde otras áreas y estrellas propias del universo digital. Pero aún falta para que reflejen de manera precisa el nuevo ecosistema de medios.
Se entregaron los Martín Fierro Digital 2024, galardones creados por APTRA. Prueba de que la comunicación en redes sociales y en espacios virtuales tiene cada vez más peso es que muchos nombres conocidos de lo que alguna vez fue el -digamos- espectro audiovisual tradicional. Hay uno de Oro y se lo llevaron Migue Granados, conductor y creador del streaming Olga, y Luquitas Rodríguez (que ya habían ganado como Mejor Youtuber y Mejor entrevistador digital). Fueron 32 rubros en los que se mezcla la red social (Mejor instagramer, Mejor tiktoker) con el tipo de contenidos (Mejor comediante, Mejor opinión) en una grilla de categorías que reproduce el caos mismo de Internet.
A los nombres famosos (Monna Antonopulos como Mejor Instagrammer, Sebastián Wainraich como Comediante unipersonal masculino; Connie Ballarini como su contraparte femenino) se suman los que conocemos por sus apodos (el tuitero libertario Gordo Dan como "El más influyente en X") o los que sí hicieron su fama gracias a Internet (Tomás Rebord como Mejor contenido de opinión). Es decir, se dan la mano la fama establecida, digamos "tradicional" (premio Girl Power para Flor de la V) con lo que podemos definir como una "nueva generación" cuya experiencia en medios tiene que ver con la forma corta y el acceso aleatorio que provee Internet.
Sin embargo, hay algo que vale la pena destacar. En suma, los premios terminan reconociendo lo más parecido al contenido tradicional: los streamers o entrevistadores hacen radio salvo que en otra plataforma que les permite (quizás, no siempre) una mayor libertad de tiempos y de vocabularios. Los que hacen contenidos cortos (digamos, Paulina Cocina, que se llevó el premio de contenido gastronómico) llevan a la forma hipercorta lo que alguna vez fueron segmentos televisivos tradicionales. Hasta ahora, las diferencias que aparecen tanto en las categorías de los premios como en el hacer mismo tienen que ver con un estado de transición de formas más establecidas (podríamos decir "antiguas") y las posibilidades de los nuevos medios. ¿Sería el momento, por ejemplo, de juzgar contenido audiovisual producido por IA? ¿De medir la viralidad real? ¿Y qué tal separar por géneros? Es raro; no hay contenido cultural. El acento está puesto en el entretenimiento, el impacto numérico y -otra vez- la fama.
Aunque es loable crear estos premios, que van apuntando mejor año a año, todavía requieren una especie de curaduría que refleje, de un modo más preciso, la novedad que produce Internet a través de estos nuevos canales, aunque muchos de esos canales son apenas cosmética digital para lo que conocemos desde siempre.