Los cines de los Estados Unidos -y los del resto del mundo- comienzan a respirar: las recaudaciones en la mayoría de los mercados de Rápidos y Furiosos 9, que tuvo lanzamiento en aquel país a la par de otros (la Argentina incluida) cubrió con creces las espectativas de los productores y exhibidores. Solo en EEUU., el filme de aventuras protagonizado por Vin Diesel ingresó 70 millones de dólares. Hay que tener en cuenta tres datos: en el boxoffice estadounidense se computa el de Canadá -que tiene sus cines cerrados-, solo el 80% de las salas están abiertas, el aforo es de entre el 30 y el 50% de la capacidad de cada sala y hay menos funciones. Fue el mejor estreno desde diciembre de 2019, a pesar de todo.

Es decir, la nueva entrega de la serie estuvo a la altura de las demás en contexto post-pandemia. En la Argentina aún no hay datos de todo el fin de semana, pero con muchas más restricciones hubo 45.000 espectadores en los primeros dos días. Es muchísimo dadas las circunstancias y que el precio full de la entrada está en alrededor de $700 pesos. 

¿Qué implica esto? Que los grandes espectáculos de marcas establecidas siguen funcionando y van a sostener el muy vapuleado negocio de las salas. El problema consiste en que, en 45 días, F&F9 va a estar disponible en pay-per-view (no aún en plataformas de streaming,). Es decir: los más de 250 millones de dólares de costo deben recuperarse muy rápidamente. ¿Es posible? Sí, pero en breve habrá competencia (Black Widow, otro tanque retrasado, se estrena el 9 de julio). Por ahora se puede sonreír un poco: el cine en salas todavía tiene sobrevida. Pero el futuro todavía es incierto, y es demasiado temprano para hacer conjeturas.