Una amable conversación de Juan José Campanella con su público sobre el cine
Crítica de El cuento de las comadrejas
Un grupo de ex cineastas que pasa su retiro en una bella y antigua casona se enfrentan con un par de jóvenes inescrupulosos con el único arma del engaño. Basada en Los muchachos de antes no usaban arsénico, clásico de José Martínez Suárez, Juan José Campanella comparte con el espectador sus gustos y su amor por el cine, por ciertas formas del cine. Lo hace con mucho respeto y cariño por sus personajes, con el aggiornamiento exacto del original, con buen gusto. Lo hace, pues, con verdadero amor por la materia con la que trabaja, que incluye al espectador. Si, como toda película que trata del cine, se trata de una manipulación que muestra las formas de la manipulación, tiene la suficiente amabilidad como para incluirnos en ella y ser muy generosa en elementos cómicos, en secuencias lúdicas, en lucimiento de intérpretes. Uno puede no gustar de lo mismo que Campanella, pero lo acepta cuando el diálogo del cine es tan amable.