Vuelve Marvel con una película que vale la pena, más viajes en el tiempo, cocodrilos y zapatillas que hablan
Después de esperar (demasiado), Marvel estrena Thunderbolts* y logra una película que sí vale la pena ver. La cartelera tiene bastante más: una comedia fantástica argentina, un poco de terror clase B y hasta animación para (muy) chicos. Pasen y vean.
Desde hace 17 años, Marvel ha sido una de las fuerzas más importantes para el negocio de las salas cinematográficas. Pero venía de capa caída (aunque los héroes de Marvel no suelan usarlas) con pocos picos (Guardianes de la Galaxia Vol. 3) y demasiados baches (seamos piadosos). El estreno de Thunderbolts* (el asterisco es un chiste que se explica al final) mejora mucho el panorama: historia de seis descastados de estas historias (todos personajes secundarios en otras películas, de hecho), muestra la conformación de un grupo heroico con mucho humor e ironía -y plena conciencia de aquello en lo que se convirtió el género-, y además narra una historia de soledades y problemas mentales bastante reales. Hay algo muy fresco en un género que venía, paradójicamente, congelado.
Hay una película argentina con intención popular y masiva. Se llama Mensaje en una botella y cuenta la historia de una sommelier (Luisana Lopilato) que encuentra la forma de comunicarse con su pasado y modificar decisiones. El problema es qué pasa después (ya saben lo que le pasó a Homero Simpson, verdad…). Agradable, con momentos hilarantes y otros emotivos, sin demasiadas pretensiones (lo que es una virtud), busca ser una alternativa gran público para una cinematografía en la que escasean esa clase de productos, a veces de manera alarmante.
Tenemos la “de terror” semanal, llamada Infierno en el pantano, aunque quizás “terror” sea menos preciso que “cine catástrofe”. Lindas vacaciones que terminan con un montón de personajes atrapados en los pantanos del Sur de los EE.UU. acompañados de simpáticos y hambrientos cocodrilos (o caimanes, si quiere el mejor término). Hay que salir del laberinto cenagoso con pocos recursos antes de volverse comida. Casi podríamos pensarlo como una película-videojuego, pero a pesar de algunas actuaciones poco convincentes, funciona. Clase B digna.
Sneaks, un par con suerte, es una película de animación estadounidense en la que dos zapatillas perfectoas que ha ganado un niño en un concurso, se pierden en Nueva York y deben no sólo reencontrarse sino cambiar algunas cosas. Bueno, Toy Story del calzado, para qué vamos a engañarnos. Por momentos el humor es demasiado ramplón y pueril. En otros, la historia avanza. Pero ya la vimos demasiadas veces.
Y hay un hermoso documental argentino llamado 227 Lunas que cuenta dos historias que son una: una misión de la Agencia Espacial Europea y cómo un argentino, artesanalmente y en tiempo récord, debe crear los souvenirs para ese evento. Es sobre sueños, arte, curiosidad, amor por lo que hacen las propias manos y un poco sobre la infancia. Muy linda.
Que disfruten.