El gobierno hace un guiño al FMI y envía mensaje a bonistas
El problema de la deuda apremia. El "paquetazo" de medidas de la ley de Solidaridad mejoraría sustancialmente las cuentas públicas. Los precios de bonos reflejan optimismo a una reestructuración no tan agresiva
Los bonistas respiran y sonríen, al menos por ahora. Las medidas que el Gobierno envió al Congreso en el proyecto de Ley de Solidaridad les hace pensar que la oferta que recibirán por parte de Argentina no será tan agresiva como esperaban.
La iniciativa prevé alzas de impuestos a distintos sectores y la disponibilidad de las reservas del Banco Central para pagar compromisos externos y no caer en un "default masivo" en el corto plazo, mientras se negocian las condiciones de una renegociación de deuda.
Los precios de los bonos reflejaron este incipiente optimismo de los tenedores de deuda. Hubo subas de hasta 8% en los denominados en dólares y de 10% en pesos. El Riesgo País se hundió 7,5% a 1.977 puntos básicos. Desde el 15 de octubre último que este indicador medido por la banca JP Morgan no caía a menos de 2.000 unidades.
En primer lugar, el proyecto ómnibus el Ejecutivo tiene un fuerte componente impositivo:
- Crea para los próximo cinco años un impuesto de 30% a la compra de dólares para ahorro (mantiene el cepo) y a los gastos con tarjetas en el exterior;
- Sube el impuesto de Bienes Personales y su alícuota para los activos en el exterior.
- Sube montos mínimos para el pago de impuestos internos a la importación de vehículos, motos y embarcaciones deportivas.
-Duplica tasas de estadística para importar bienes de consumo.
-Faculta al Ejecutivo a imponer derechos de exportaciones hasta 33% para la soja y 15% para el trigo.
Pero este
no fue el único mensaje a los inversores que tienen en su cartera bonos argentinos. El artículo 57 del proyecto de ley faculta al Tesoro a emitir letras en dólares por hasta US$4.571 millones, a diez años. Prevé que los dólares autorizados a adquirir mediante esta norma solo podrán aplicarse al pago de obligaciones de deuda denominadas en moneda extranjera.
Estas definiciones del Ejecutivo en el proyecto de ley constituyen un mensaje de acercamiento hacia los tenedores de deuda, pero también un guiño claro hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI) que deberá dar el visto bueno a los planes de renegociación que el gobierno de Alberto Fernández ofrecerá a los inversores.
Este "paquetazo" de medidas mejoraría sustancialmente las cuentas públicas. Le daría al Gobierno recursos por 2 puntos del Producto, con lo que le alcanzaría para "borrar" el rojo de 0,5% heredado de Mauricio Macri.
Y también es una carta de presentación ante el FMI, en la previa de una reunión que debería concretarse aquí o en Washinton en las próximas semanas.
La estrategia para la deuda es central para la uno de los objetivos declarados por el ministro de Economía, Martín Guzmán: construir un sendero de sustentabilidad fiscal en el mediano y largo plazo.
Sólo en la primera mitad de 2020 vencerán 26.000 millones de dólares, la mitad de las reservas brutas del Banco Central o el doble de las llamadas "netas" o "líquidas" disponibles en lo inmediato para cancelar compromisos.
El problema de la deuda apremia.