El impacto del coronavirus llegó a los Bonos de Tesoro y los metales preciosos

Las crecientes dudas sobre la economía global debido a la pandemia provocaron un verdadero vendaval financiero que hizo caer hasta a los activos de cobertura

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El caos sembrado la semana pasada en los mercados por la combinación del coronavirus y la guerra de precios del petróleo desatada por Rusia y Arabia Saudita tuvo un impacto tan fuerte que contribuyó a que el rendimiento de bonos del Tesoro de EEUU se desplomara a niveles jamás vistos en más de una década.

Justamente esos títulos, considerados como el activo más seguro junto con el oro, debido a su depreciación podrían convertirse en una "pesadilla" para la economía global.

Esto debido a que los operadores de mercados extrajeron tanta liquidez de los bonos del Tesoro de EE.UU. que pusieron en duda el valor de activos estimados en más de 50 billones de dólares, de acuerdo con medios internacionales.

La desbandada se debió al brusco desplome de la tasa de rendimiento de bonos del Tesoro de EEUU. En particular, la de los títulos de deuda a 30 años, que se desplomó el 9 de marzo hasta situarse en un 0,699 por ciento. Este hundimiento por debajo del 1% fue una de las 10 caídas más profundas experimentadas en la historia por esos títulos, así como el mayor desplome registrado en el transcurso de un solo día.

De las 10 caídas más profundas registradas durante una sola jornada, una ocurrió este mes de marzo y otras cuatro fueron registradas entre 2008 y 2009, señaló un artículo de la agencia Bloomberg.

 

Mientras tanto, la tasa de rendimiento de los bonos estadounidenses a 10 años se redujo hasta un 0,74%, si bien en el 2020 marcó un récord, estimado en 1,94%.

"El nivel de volatilidad y la falta de claridad acerca de los bonos del Tesoro hace que determinar el valor de todos los demás activos que se venden en la bolsa sea más difícil. [Esta dificultad] puede crear una corriente de expectativas que no sea realmente reflexiva sobre los mercados financieros y contribuir a que suba el nivel de aversión al riesgo", declaró Joshua Younger, uno de los directivos de JPMorgan Chase & Co, agregando que los bonos estadounidenses siempre han sido un activo de referencia que ayudaba a determinar el valor de otros.

Para Todd Colvin, vicepresidente senior de Ambrosio Brothers, lo que ha ocurrido con los bonos estadounidenses desde el comienzo de marzo es peor que lo que experimentó tras la quiebra del fondo de inversión Long-Term Capital Management en la década de los 90. En 1998, el fondo perdió unos USD4.000 millones después de que la bancarrota de Rusia empujase a los inversores a vender los bonos corporativos y los vinculados con las hipotecas y a comprar los títulos de deuda más seguros. Finalmente, Long-Term Capital Management tuvo que ser rescatado por la Reserva Federal.

El mercado de los bonos de EEUU no era tan gigante antes del final del siglo XX. Los volúmenes de la deuda del país norteamericano pasaron de los 2 billones de dólares hasta 17 billones. Como resultado, la tarificación de los bonos del Tesoro de EEUU se ha convertido en "una pesadilla" a medida que se mantienen las peores condiciones para su comercio, destacan en la agencia.

No es un secreto que los bonos del Tesoro desempeñan un papel importante en proveer liquidez al sistema financiero global. Representan un tipo de manifestación del estatus del dólar como una moneda de reserva mundial. Además, son un crítico instrumento de cobertura para los agentes del mercado global. Por ello, si la tasa de rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años se acerca a cero, todas las funciones de seguridad desempeñadas por este activo pierden su eficacia, dañando en primer lugar a los bancos, los aseguradores y los sistemas de pensión en todo el mundo.

Para frenar el desplome generalizado, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo tomaron fuertes medidas sobre el fin de la semana pasada para intentar llevar calma los mercados y restaurar la confianza en medio del dislocamiento provocado por el coronavirus. Pero ningún anuncio funcionó y los bancos centrales enfrentan una crisis que responde solo parcialmente a las medicinas que recetan.

El viernes, la Fed aceleró su compra de bonos para responder a los desajustes en el mercado de bonos del Tesoro, el mercado financiero más grande del mundo y uno de los más importantes.

La Fed dijo que adquiriría bonos por unos USD33.000 millones y que planea invertir USD80.000 millones en total durante el mes que viene.

"El objetivo es resolver los desbarajustes tan inusuales del mercado de bonos del Tesoro asociados con el brote de coronavirus", dijo la Fed de Nueva York.

Los intereses de los bonos del Tesoro a diez años subieron el viernes hasta el 0,9%, su nivel más alto desde el 5 de marzo. Eso es algo poco común, porque el rédito de los bonos generalmente disminuye cuando los precios de la bolsa se desmoronan, como sucedió esta semana, en que los inversionistas fueron a lo seguro comprando bonos del Tesoro. Esto hace que suban los precios, pero se reduzca el crédito.

 

También el oro

Pero el "contagio económico" del coronavirus también se extendió a otros activos de reaseguro clásicos, como los metales preciosos.

El paladio se desplomó hasta un 28% el jueves debido a que las ventas en pánico impulsadas por la intensificación de los temores sobre la pandemia de coronavirus llegaron a los metales preciosos, en una sesión en la que el oro cayó un 4 por ciento.

"Lo que estamos viendo es que los participantes del mercado y los inversores están vendiendo indiscriminadamente toda clase de activos", dijo David Meger, director de comercio de metales de High Ridge Futures.

Los mercados bursátiles mundiales se hundieron y el petróleo cayó más de un 5% después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prohibió los viajes desde Europa para detener la propagación del coronavirus, amenazando con más problemas a la economía mundial.

El paladio lideró el desplome de los metales preciosos, al caer a su nivel más bajo desde octubre de 2019 a 1.653,51 dólares por onza. El metal ha perdido más de 35% desde que alcanzó un máximo histórico de US$2.875,50 el 27 de febrero, ya que las preocupaciones sobre la demanda comienzan a contrarrestar un fuerte déficit de oferta. El oro al contado, en tanto, bajó un 2,6% a US$1.592,61 por onza a las 18:10 GMT. Los futuros del oro en Estados Unidos perdieron un 3,2% a US$1.590,30.

El lingote ha ido borrando sus ganancias tras superar el lunes la suma de US$1.700 por onza por primera vez desde fines de 2012.

En otros metales preciosos, la plata cayó 4,5% a US$15,99 la onza, su nivel más bajo desde el 17 de julio, mientras que el platino perdió un 9,6% a US$777,76, ayer se registró su peor sesión desde septiembre de 1986.

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