FMI, dólar, reservas y fondeo del déficit, las claves de la agenda financiera oficial en 2021
Las prioridades y desafíos del equipo económico para el año que comienza
Tras el cierre de un duro 2020, marcado por la reestructuración de la deuda externa y el impacto de la coronacrisis en las arcas públicas, la agenda financiera del año que comienza promete no ser menos exigente. Fuentes de distintas dependencias oficiales coinciden en que entre las grandes prioridades del equipo económico en la materia sobresalen el cierre de la negociación con el Fondo Monetario Internacional, la consolidación de la aún endeble tregua cambiaria, la recuperación de las reservas y la ampliación del financiamiento neto del Tesoro en el mercado de deuda en pesos para reducir la emisión monetaria destinada a cubrir el déficit primario.
El acuerdo con el FMI será clave. Tanto para el conjunto de los desafíos financieros y macroeconómicos como para la dirección que tomará la pospandemia. Es que el nuevo programa de Facilidades Extendidas (EFF por su sigla en inglés), que reemplazará al Stand By firmado por Mauricio Macri en 2018, permitirá refinanciar a diez años los cerca de USD45.000 millones adeudados, pero también implicará una serie de exigencias que se plasmará en un set de metas plurianuales en materia fiscal, monetaria, financiera, cambiaria, tarifaria, de acumulación de reservas y crecimiento, entre otras.
Con el objetivo de mostrar avances durante enero y sellar el acuerdo en el primer trimestre, las conversaciones virtuales entre los funcionarios que lidera Martín Guzmán y la misión técnica del Fondo que encabezan Julie Kozack y Luis Cubeddu continuarán en los próximos días.
Luego del convenio con el staff del organismo, llegará la hora de la aprobación parlamentaria en Argentina y el ok del board del organismo, donde donde será clave la palabra del Tesoro de Estados Unidos. Se trata del único país con poder de veto (16% del total de los votos del directorio) para las decisiones que requieren una mayoría calificada del 85%, aunque fuentes del FMI consultadas por este medio dijeron que este no es el caso ya que para "programas de ayuda financiera" basta con una mayoría simple del 50,1%.
Justamente, el recambio presidencial en la potencia del norte es uno de los factores que podría demorar el cierre, consideran en el Ejecutivo. Deberá asumir Janet Yellen como secretaria del Tesoro de Joe Biden, nombrar a su equipo y afinar su política para el Board del Fondo. En tanto, la premura viene por el lado del próximo gran vencimiento en moneda extranjera que enfrenta argentina: los USD2.188 millones más intereses de deuda con el Club de París que expiran en mayo y que Guzmán busca reestructurar. Aunque para ello necesita tener abrochado el EFF.
Entre las metas que dejará el acuerdo con el Fondo estarán la fiscal y monetaria. Y de ellas dependerá cómo termina de confeccionarse el programa financiero anual. La Secretaría de Finanzas, a cargo de Diego Bastourre, enfrentará vencimientos de deuda en moneda local por más de $2,1 billones en 2021. De acuerdo con el Presupuesto, además de refinanciar los pagos, el Gobierno debería conseguir un fondeo neto positivo por alrededor de $700.000 millones para cubrir el 40% del déficit primario de $1,7 billón previsto (4,5% del PBI, ajuste del gasto Covid mediante). El 60% restante se cubriría con emisión. Aunque el escenario es desafiante, Bastourre y equipo buscarán apoyarse en la reconstrucción de la curva de deuda en pesos conseguida en 2020.
El organismo pretende que se ajuste más el rojo fiscal del próximo ejercicio, a alrededor de 3,5% del producto. Además, Guzmán busca incrementar el crédito de bancos multilaterales para cubrir parte del aumento en la inversión en obra pública y reducir al 40% el financiamiento monetario (en lugar del 60% pautado en el Presupuesto), como adelantó BAE Negocios.
Con todo, esa es la agenda del equipo económico para mostrar al mercado un sendero de mayor prudencia fiscal y monetaria de cara a un proceso de estabilización macroeconómica, que el propio Guzmán considera que será extenso. Allí, luego de la tregua de diciembre, los objetivos trazados por Economía y el Banco Central son terminar de aplacar las presiones devaluatorias y empezar una sostenida recuperación de las escasas reservas que, según estimaciones privadas, en términos netos rondan los USD3.000 o 4.000 millones.
Fuentes oficiales admitieron ante este diario que se preparan para un verano exigente en materia cambiaria ya que la estacionalidad que jugó a favor el mes pasado se revertirá en enero y febrero. La intención es construir un puente hasta fines de marzo, cuando comiencen a ingresar las divisas de la cosecha gruesa. A partir de entonces, apuestan a consolidar las compras de dólares del BCRA y llevar la brecha abajo del 50%. Aunque no será tarea sencilla: los fondos extranjeros “atrapados en pesos” seguirán presionando sobre el contado con liqui y el impulso devaluatorio de sectores de peso del establishment, en busca de inclinar a su favor la salida de la coronacrisis, no parece haberse disipado.