En su primera intervención ante la Asamblea General de la ONU desde el inicio de su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció un discurso cargado de definiciones geopolíticas, autelogios a su gestión y severas críticas a la organización multilateral. El foco estuvo puesto en el conflicto en Gaza y en los intentos de algunos países de reconocer unilateralmente al Estado palestino, lo que el mandatario calificó como una "recompensa inadmisible" para Hamás.

"Algunos miembros de este organismo buscan reconocer unilateralmente un Estado palestino. Las recompensas serían demasiado grandes para los terroristas de Hamás por sus atrocidades", afirmó Trump, en referencia directa a los ataques del 7 de octubre de 2023, que mencionó en varias ocasiones como punto de inflexión. En ese marco, insistió en la necesidad de liberar a los rehenes aún retenidos y acusó al grupo islamista de rechazar reiteradamente propuestas razonables de alto el fuego.

El líder republicano cuestionó el papel de la ONU en los conflictos internacionales, asegurando que el organismo "ni siquiera intentó ayudar" en los procesos de paz que él mismo lideró. "Puse fin a siete guerras, negocié con los líderes de todos y cada uno de estos países, y nunca recibí ni una sola llamada telefónica de las Naciones Unidas ofreciéndome ayuda para cerrar un acuerdo", denunció, con tono irónico. "Estas son las dos cosas que recibí de las Naciones Unidas: una escalera mecánica en mal estado y un teleprompter en mal estado", agregó.

Trump también abordó otros temas sensibles como la guerra en Ucrania, las tensiones con Irán, la política migratoria europea y el cambio climático, al que calificó como una "estafa ecológica verde". En relación con Irán, destacó la destrucción de su capacidad de enriquecimiento nuclear como uno de los logros de su administración, mientras que sobre Ucrania reconoció que el conflicto resultó "más difícil de lo que pensaba", pese a su vínculo con el presidente ruso Vladímir Putin.

En tono desafiante, el mandatario norteamericano criticó a China e India por seguir comprando petróleo ruso, y acusó a los países de la OTAN de financiar la guerra "contra sí mismos" al mantener el comercio energético con Moscú. También arremetió contra Europa por su política migratoria, asegurando que el continente está "siendo destruido" por una "fuerza de inmigrantes ilegales como nunca antes se había visto".

El discurso de Trump dejó en claro su visión unilateral de la política internacional y su desconfianza hacia los organismos multilaterales. En particular, su rechazo a los reconocimientos a Palestina se inscribe en una estrategia de alineamiento con Israel y de confrontación con cualquier iniciativa que, según su visión, legitime a actores que considera vinculados al terrorismo.