Canadá pondrá un límite al número de residentes extranjeros, en un plan a tres años con el que el gobierno de Justin Trudeau espera reducir el número de residentes temporales al 5% de la población en los próximos tres años, frente al 6,2% actual.

El ministro de migración de Canadá, Marc Miller, aseguró que el país necesita tener llegadas "sostenibles", después de estimar que en 2024 habrá unos 2,5 de millones de residentes 'temporales' frente a menos de un millón que hubo en 2021.

"Necesitamos trabajadores extranjeros para cubrir la escasez de mano de obra, pero debemos ser claros y tener una conversación honesta sobre lo que significa el aumento de la migración para Canadá mientras planteamos el futuro", justificó el funcionario.

El principal motivo por el que se busca reducir el número de inmigrantes es bajar los precios de la vivienda, que impulsan la persistente inflación. 

Desde el Banco Central de Canadá explicaron en su informe de diciembre de 2023, que "el aumento de inmigración impulsó el consumo pero, debido a los desafíos existentes en la oferta de vivienda, el crecimiento demográfico ha aumentado la presión sobre los precios". La institución indica que "la inmigración es una de las mayores fortalezas de Canadá y desempeña un papel clave, pero ha habido contratiempos".

La institución reconoce que "las llegadas han cambiado en los últimos años con un aumento sustancial de los residentes no permanentes".

En ese sentido explicó que a pesar de que "en términos demográficos a Canadá le está yendo mejor gracias a la inmigración y nos han ayudado a aliviar el tenso mercado laboral", la realidad es que "poco después de que comenzase a aumentar desde 2015, la tasa de desocupación comenzó a caer y la construcción no ha ido a la par del crecimiento demográfico".

La tasa de desocupación se sitúa ya en un mínimo histórico del 1,5% frente al 3,5% de hace una década. "Cuando en 2022 la llegada de inmigrantes aumentó drásticamente esa caída constante se convirtió en un precipicio, ahora estamos en un mínimo histórico", agregan los técnicos del banco.

Este es el motivo por el que Canadá quiere reducir ese "precipicio" y limitar así los problemas de vivienda en el país. El valor de la viviendas se ha duplicado desde 2011 con el precio promedio situándose en los 686.000 dólares canadienses (507.640 dólares estadounidenses) frente a los 450.000 de 2019 (333.000 dólares estadounidenses).

En tanto que los alquileres también tuvieron un repunte histórico con un precio medio de 2.193 dólares canadienses (1.622,82 dólares estadounidenses). Solo respecto del año pasado esto supone un incremento del 12,9% y un 20% respecto a las cifras de enero de 2020, previo a la pandemia de covid 19.

La baja tasa de desocupación, según el Banco Central está siendo un factor clave que aviva la inflación. "Los desequilibrios inmobiliarios que estamos viendo tienen graves consecuencias para la inflación". El banco central señala que la vivienda supone el 25% de la canasta del IPC y que la suba de ésta aportó 1,8 puntos porcentuales a la lectura total.