A dos meses y medio de cumplir 76 años, el rey Carlos III de Inglaterra intenta mantener la calma entre sus súbditos con viajes oficiales y comentarios tranquilizadores, como "no estoy tan mal". Sin embargo, la realidad es diferente, y el Gobierno británico se prepara para la peor noticia. Las últimas pruebas médicas revelaron que el cáncer del rey Carlos III no desapareció, y el tratamiento deberá extenderse.

Según reportan medios europeos, los médicos le sugirieron al rey Carlos III que reduzca su ritmo de actividades oficiales, especialmente en lo que respecta a los viajes. Y es que a pesar de las muestras de fortaleza del monarca, su salud parece afectada, y su entorno empieza a considerar alternativas en caso de que no pueda cumplir con sus deberes. El rey Carlos III, dicen las fuentes, está determinado a mantener su posición en el trono y las obligaciones que esta implica hasta el fin de sus días, tal como lo hizo su madre, la Reina Isabel II.

 

Preocupación por la salud del Rey Carlos: ¿debe delegar?

Ante la posibilidad de que el rey Carlos III no pueda continuar ejerciendo sus funciones, la Corona británica analiza tres opciones: delegar responsabilidades a los consejeros de Estado, instaurar una regencia o la abdicación del monarca en favor de su hijo, el Príncipe William. La primera opción, según la Ley de Regencia de 1937, permitiría a el rey Carlos III delegar funciones específicas a consejeros de Estado, entre ellos su esposa Camilla Parker Bowles y su hijo William.

Según la ley, además de la reina Camilla pueden ser consejeros las cuatro personas siguientes en la línea de sucesión que sean mayores de 21 años. Pero la única además de Camilla y William en poder ser consejera es Beatriz de York. Esto debido a que, por distintos motivos, ni el hijo menor de Carlos, Harry, ni el hermano del monarca, Andrés, son en estos momentos miembros activos de la casa real. 

 

Abdicación

No obstante, una ley aprobada en 2022 también permite que los hermanos del rey Carlos III, Eduardo y Ana, asuman algunas funciones reales en caso de ser necesario. Sin embargo, si la enfermedad avanza y el rey Carlos III no puede continuar en el trono, la regencia recaería en el Príncipe William, siempre y cuando cuente con el respaldo necesario.

Si bien la abdicación del rey Carlos III es una opción poco probable, no se descarta completamente. En tal caso, el rey Carlos III debería hacer una declaración formal y el Parlamento tendría que aprobar una Ley de Abdicación para que su hijo William asuma el trono.