Cómo hizo fortuna el yerno de Trump
Jared Kushner, marido de Ivanka, dejó la política y se instaló en Miami. Desde su mansión en Indian Creek, maneja Affinity Partners y atrae capital árabe
En Indian Creek, la isla de millonarios en la bahía de Miami, Jared Kushner vive con Ivanka Trump en una mansión frente al mar que triplicó su valor desde 2020. Ahí, entre vecinos como Jeff Bezos y Tom Brady, el exasesor de la Casa Blanca diseñó su nueva vida: la de empresario global con fortuna propia.
Kushner, que durante años fue el hombre más influyente detrás del presidente Donald Trump, se reinventó al fundar Affinity Partners, un fondo de inversión con sede en Sunny Isles Beach, uno de los barrios más exclusivos de Florida. Allí montó oficinas de lujo para un equipo reducido, pero con un detalle central: él es dueño del 100% de la firma. Según consignó Forbes en una nota firmada por Monica Hunter-Hart, Kushner logró posicionar a Affinity Partners como un vehículo atractivo para capitales árabes, consolidando así su perfil como inversor global tras su paso por la Casa Blanca.
Affinity administra activos por más de USD 4.800 millones y asegura ingresos anuales de unos USD 60 millones solo en fees, gracias a los aportes de fondos soberanos de Medio Oriente. El capital árabe, primero de Arabia Saudita y luego de Emiratos y Catar, no solo financió la aventura de Kushner sino que lo proyectó a la lista de los milmillonarios de Forbes.
Su mayor acierto fue la apuesta por la aseguradora israelí Phoenix, que multiplicó por nueve la inversión inicial de USD 250 millones. Ese golpe de suerte financiero marcó el punto de quiebre en su arco de transformación: de político cuestionado a magnate de los negocios globales.
La pareja se muestra hoy en la alta sociedad de Miami, en recepciones y eventos donde conviven la política, el deporte y las finanzas. Kushner mantiene una participación de USD 560 millones en la empresa familiar y explora inversiones en fintech e inteligencia artificial, mientras Ivanka despliega un perfil social cuidado, lejos de Washington pero en el centro de un nuevo poder.
El magnetismo de Kushner no se entiende sin ese estilo de vida: oficinas frente al mar, una mansión en una isla privada y un círculo íntimo de magnates, deportistas y celebridades. Así, el yerno de Trump consolidó una fortuna que lo conecta con Medio Oriente, Silicon Valley y América Latina, donde los mismos fondos árabes que lo respaldan buscan oportunidades en energía, agro e inmuebles.