TRUMP 2.0

Con su pirotecnia verbal, Trump ya es el centro de la atención política global

El presidente electo de EEUU ratifica su agenda de aranceles y anexión de nuevos estados

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A pocos días de asumir nuevamente la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump se posicionó en el centro del debate político mundial con un discurso cargado de afirmaciones cuando menos controvertidas. Sus declaraciones, dirigidas tanto a temas de política exterior como energética, anticipan una agenda que podría reconfigurar el equilibrio geopolítico global.

En distintas declaraciones en las últimas horas, Trump puso especial énfasis en México, calificando al país como un territorio bajo control de los cárteles de la droga: "México está realmente en problemas, muchos problemas. Un lugar muy peligroso" . Este tipo de retórica, sumada a la amenaza de imponer aranceles "muy serios" tanto a México como a Canadá, marca un endurecimiento en las relaciones bilaterales en Norteamérica. Según el mandatario, estas medidas buscarán contrarrestar tanto el déficit comercial como el tráfico de drogas, una cuestión que, asegura, afecta directamente la seguridad y la economía estadounidenses.

 

Retórica

Las posibles medidas arancelarias podrían desestabilizar los acuerdos comerciales en la región y golpear duramente las economías interdependientes de México, Canadá y Estados Unidos. Analistas han señalado que un cambio de esta naturaleza en el marco del T-MEC podría provocar tensiones diplomáticas y económicas, afectando no solo a los países involucrados, sino también a los mercados globales.

Además, Trump sorprendió con la propuesta de renombrar el Golfo de México como el "Golfo de América". Aunque el impacto práctico de esta iniciativa es dudoso, refleja su narrativa nacionalista y podría ser visto como un intento de reafirmar la influencia estadounidense en la región.

En otras declaraciones, el líder republicano retomó su idea de anexar a Canadá y a Groenlandia como nuevos estados del país, para convertirlo en "el estado más grande del mundo".

 

Anti-renovables

Otro eje central del discurso fue su crítica a las energías renovables, a las que calificó de ineficientes y costosas: "La única gente que los quiere son los que se están enriqueciendo con subsidios masivos del gobierno de EE. UU." Además, argumentó que las instalaciones dañan la fauna marina, en alusión a las ballenas. Este posicionamiento se alinea con su conocido escepticismo hacia la transición energética global, marcando un giro potencial en las políticas de sostenibilidad adoptadas durante la administración Biden.

Por contrapartida, Trump apostó por fortalecer las fuentes de energía tradicionales, destacando la importancia de incrementar la producción de electricidad mediante el uso de carbón para competir con países como China. Este enfoque podría desencadenar críticas tanto a nivel nacional como internacional, especialmente en un momento donde gran parte del mundo busca limitar las emisiones de carbono.

 

Relación con Rusia

La guerra en Ucrania fue otro de los temas abordados. Trump no dudó en criticar la gestión de la administración actual, afirmando que el conflicto nunca habría ocurrido bajo su mandato: "Si hubiéramos tenido un presidente real, Rusia nunca habría entrado" . Además, abogó por la necesidad de resolver lo que calificó como un "desastre", resaltando la magnitud de la destrucción y las pérdidas humanas en la región.

Estas declaraciones subrayan un enfoque pragmático de la política exterior, con énfasis en la resolución rápida de conflictos que, según él, afectan la estabilidad global y el liderazgo estadounidense.

 

"Era dorada"

Trump cerró su intervención con una promesa: "Estamos al comienzo de una hermosa era dorada de negocios y sentido común" . Su visión, sin embargo, plantea interrogantes sobre las implicancias a nivel global, desde el posible resurgimiento del proteccionismo económico hasta un cambio en las prioridades medioambientales y geopolíticas.

Con estas declaraciones, Trump parece preparar el terreno para una presidencia que al menos en lo discursivo apunta a priorizar los intereses nacionales en detrimento de los compromisos internacionales. Este enfoque, combinado con una retórica polarizadora, anticipa un mandato cargado de tensiones y redefiniciones en el escenario global.

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