El número de muertos por las fuertes lluvias que azotan el estado de Pernambuco, en el nordeste de Brasil, ascendió a 44, mientras que se elevó a 56 el de desaparecidos, confirmó el Gobierno.

Asimismo, más de 4.000 personas que viven en zonas de riesgo se vieron obligadas a dejar sus hogares, según informó el ministro de Desarrollo Regional, Daniel Ferreira, durante una rueda de prensa en Recife, capital del estado, donde ha sido declarada la "situación de emergencia".

En este marco, el peor momento se registró a primera hora de la mañana de ayer, cuando 19 personas fallecieron en un “gran deslizamiento de tierra” en la comunidad Jardim Monteverde, en la frontera entre Recife y el municipio de Jaboatao dos Guararapes. Además, otras seis perdieron la vida en otro deslave en el municipio de Camaragibe. Mientras que dos fallecieron en Recife y otro en Jaboatao dos Guararapes.

El presidente Jair Bolsonaro expresó en Twitter su “pesar y solidaridad a las víctimas de ese triste desastre” y aseguró que su gobierno hará todo lo posible “para aliviar ese dolor”.

Asimismo, desplegó equipos de las Fuerzas Armadas, junto al Ministerio de Defensa y al Ministerio de Ciudadanía “para auxiliar en las operaciones de socorro y prestar el auxilio necesarios las familias afectadas”.

Los videos difundidos en las redes sociales muestran como distintas avenidas fueron inundadas por ríos correntosos en varios municipios, con casas que colapsan, ríos desbordados y desprendimientos de cerros entre gritos de desesperación.

Por último, en la madrugada del sábado el volumen de lluvias alcanzó los 236 milímetros, lo que equivale a más del 70% de la previsión para todo el mes de mayo en la ciudad. Este fenómeno se debe a las llamadas “ondas del este”, áreas de “perturbación atmosférica” que se desplazan desde el continente africano hasta esa región litoral brasileña.