En un contexto internacional crecientemente complejo, queda claro que las siempre insatisfechas demandas sociales, ambientales y económicas de América Latina no podrán atenderse sin elevar la productividad de las actividades económicas en la región, un ítem que lleva varias décadas sin progresos.

Para lograr este objetivo, la digitalización puede ser una palanca invaluable que saque del estancamiento a las economías latinoamericanas en muchos casos dependientes de productos primarios, ayude a incorporar valor agregado a la producción regional y cierre el círculo virtuoso con la generación de empleo de calidad y con buenos salarios.

Así lo aseguró Marco Llinas, director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), durante el Congreso Latinoamericano de Transformación Digital (CLTD) 2023, realizado en la Ciudad de México. Para este funcionario "hay que buscar conectar los esfuerzos de transformación digital con los esfuerzos de transformación productiva. Eso que parece tan obvio, en la práctica, desafortunadamente no se da", acotó.

Y es que mientras las agendas digitales son impulsadas por los Ministerios de Ciencia y Tecnología, las agendas de transformación productiva (cuando existen fuera del discurso) están lideradas por las carteras de Economía o Hacienda, y no suelen darse esfuerzos combinados entre las sedes ministeriales, no importa el país de que se trate.

 

Sectores

Por su parte, el subdirector de la División de Redes, Alianzas y Género, y jefe de Emnet de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Lorenzo Pavone, consideró que "este es un momento crítico que puede ser también un momento de gran transformación, de oportunidad para cambiar cosas. La región debe invertir en sectores dinámicos de la economía que puedan impulsar el crecimiento", según informa el medio local dplnews.

Pero el buscado crecimiento de la productividad no se dará de forma automática. Pavone remarcó que se necesita acceso y difusión a la tecnología, dinamismo empresarial y competencia adecuada en lo referente a las tecnologías digitales, algo que "sólo será posible si los gobiernos trabajan con el sector privado", agrega.

Algunas empresas de sectores estratégicos ya están avanzando en la adopción de tecnologías para optimizar sus procesos y apuntalar la productividad. En la agricultura, ahora es posible aplicar soluciones tecnológicas para mejorar los cultivos y detectar plagas.

En tanto, en el sector energético la digitalización de procesos, a través de sensores y otras tecnologías, permite controlar en tiempo real los flujos y niveles de energía.

 

Calidad

En el rubro financiero, la transformación digital trajo nuevos actores como las Fintech, que en gran medida prestan servicios financieros a la población que antes no tenía acceso a ellos o a los pequeños negocios que no cuentan con una forma tradicional de comprobar un historial crediticio.

Los sectores productivos de América Latina están explorando el potencial de tecnologías como la Internet de las cosas, las redes privadas, la Inteligencia Artificial y la computación en la Nube, cuya adopción gana un nuevo impulso con las redes 5G, debido a su mayor capacidad, velocidad y latencia respecto a tecnologías móviles predecesoras.

Uno de los aspectos a mejorar de la mano de la productividad es la calidad del empleo, algo muy citado pero en lo que se ha avanzado más bien poco. En este sentido, otro directivo de la Cepal, su Secretario Ejecutivo, José Manuel Salazar-Xirinachs, señaló que "no es posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción. Son dos caras de la misma moneda. Estos dichos fueron expresados durante la inauguración del Taller CEPAL-ifo-PILLARS: Efectos en el mercado laboral de la automatización y la adopción de tecnología en la economía mundial que se celebró de forma híbrida (presencial y virtual) en Santiago de Chile.

 

Formación

"Para crear empleos decentes es indispensable enfocarnos en una transición productiva hacia mayores niveles de inversión y productividad, para lo cual la inversión en educación y formación profesional también es crucial. Debemos trabajar tanto por el lado de la demanda de los empleos de calidad como por el lado de la oferta", explicó el máximo representante del organismo regional de las Naciones Unidas.

El encuentro de dos días, en el que participan renombrados especialistas a nivel mundial, es organizado por la CEPAL y el Instituto para la Investigación Económica de la Universidad de Múnich (ifo), con financiamiento del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.

Durante su intervención, Salazar-Xirinachs llamó la atención sobre el problema endémico de bajo crecimiento económico y baja productividad que caracteriza a la región.

"Se requieren medidas excepcionales, acuerdos y hacer las cosas de manera diferente. No se trata de un tema coyuntural, de corto plazo", alertó el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, quien subrayó que con tasas de crecimiento mediocres los países no podrán crear empleos de calidad ni reducir la pobreza y la informalidad, así como tampoco financiar los gastos sociales.

 

Producción

"En la CEPAL hemos advertido que en la región la baja productividad es una enfermedad endémica sobre la cual es prioritario trabajar a partir de la implementación de políticas de desarrollo productivo ambiciosas e inteligentes", recalcó.

Según estimaciones de la CEPAL para 12 países, la informalidad alcanzaba al 50,4% de los trabajadores de la región en 2020 y se prevé que para los años siguientes esta cifra podría aumentar significativamente debido a los impactos de la pandemia de COVID-19. "Esa situación expone a los trabajadores a una grave vulnerabilidad en cuanto a sus ingresos, condiciones de trabajo, acceso a derechos laborales y protección social", dijo.

Por su parte Fabio Bertranou de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) coincidió en que "la discusión sobre el futuro del trabajo tiene que ir de la mano de la discusión sobre el futuro de la producción", especialmente en una región como la latinoamericana que "tiene desafíos productivos, y en términos de productividad, enormes".