Donald Trump tiene un nuevo plan para quedarse con Groenlandia

La Casa Blanca analiza una alternativa poco convencional para sumar la isla al territorio estadounidense

BAE Negocios

La obsesión de Donald Trump con Groenlandia sigue vigente. A pesar del rechazo inicial de Dinamarca y los propios groenlandeses, el presidente de Estados Unidos impulsa un nuevo plan para sumar la isla al territorio estadounidense. La propuesta incluye el pago de un ingreso básico anual de USD 10.000 por persona, una oferta que apunta a seducir a la población local con dinero directo, a cambio de ceder soberanía.

Según reportó el New York Times, funcionarios estadounidenses habrían comenzado a evaluar la viabilidad del plan, que reemplazaría los actuales subsidios daneses —que rondan los USD 600 millones anuales— con esta renta directa. El financiamiento provendría del Tesoro de EE.UU. y se justificaría con la promesa de explotar los vastos recursos naturales de la región: minerales raros, uranio, cobre, oro y reservas de petróleo aún inexploradas.

El giro irónico es evidente: mientras millones de ciudadanos estadounidenses reclaman desde hace años un ingreso básico universal para combatir la desigualdad y la precarización laboral, Trump habría considerado implementar ese sistema... en una isla remota del Ártico.

Proyectos tecnológicos y ciudades sin regulación

La iniciativa de Trump no se limita al aspecto económico. Según Reuters, círculos vinculados al sector tecnológico de Silicon Valley habrían planteado la posibilidad de usar Groenlandia como base para desarrollar “ciudades libres”, un concepto de comunidades urbanas privadas, sin regulación estatal, enfocadas en la innovación y la eficiencia del mercado.

Ken Howery, cofundador de PayPal y exembajador en Suecia durante el gobierno de Trump, aparece como una de las figuras clave detrás del proyecto. Su nombre suena como posible embajador en Dinamarca, en un movimiento que buscaría facilitar las negociaciones territoriales. Howery ya habría mantenido conversaciones preliminares sobre el uso de Groenlandia como polo de desarrollo tecnológico.

Entre las ideas que se barajan se incluyen laboratorios de inteligencia artificial, microreactores nucleares, vehículos autónomos y hasta lanzadores espaciales. El plan se alinea con el Network State Movement, una corriente ideológica que propone fundar ciudades privadas basadas en criptomonedas, sin intervención de los sistemas democráticos tradicionales.

Peter Thiel, cercano a Howery y defensor de estos conceptos, fue señalado como uno de los financistas del movimiento, aunque su entorno negó cualquier relación directa con la iniciativa en Groenlandia.

Un proyecto con ambiciones geopolíticas y económicas

El interés por Groenlandia crece a medida que el deshielo del Ártico habilita nuevas rutas comerciales y revela reservas de recursos estratégicos. Para Trump, conquistar la isla representaría la mayor operación inmobiliaria de la historia: más de 2 millones de km² bajo control estadounidense.

“Necesitamos Groenlandia por seguridad nacional e internacional”, declaró el mandatario durante un discurso ante el Congreso. Y agregó: “De una forma u otra, la vamos a conseguir”.

Mientras tanto, los groenlandeses parecen poco dispuestos a ceder su soberanía a cambio de un sueldo, por tentador que parezca. Y Europa mira de cerca un posible avance estadounidense en su patio trasero.

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